Otro establecimiento hotelero de primer orden en Torrevieja fue el «Hotel Reina Victoria», así denominado en honor de Victoria Eugenia de Battenberg, madrina del rey Felipe VI; unida en matrimonio con el rey Alfonso XIII el 31 de mayo de 1906. Situado en el centro de la población, junto al Casino, en la estratégica esquina donde antes había estado el «Café Rizal», el «Café Revenga» y el «Café del Sol», establecimiento este último del que merece que cuente una anécdota. A comienzos del siglo XX, cuando era café, en verano se sacaban las mesas hasta la explanada del muelle, había un letrero que delimitaba el terreno de las mesas pertenecientes al «Café del Sol» y las correspondiente del Casino. Decía textualmente: «Hasta aquí Café del Sol». De ahí el popular dicho torrevejense como queriendo decir «hasta aquí has llegado y no te atrevas a pasarte ni un centímetro»; durante esos años -postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX también fue llamado «Café Rizal».

Del «reina victoria» al «miramar»

Pasó en años más tarde a ser propiedad de Eloy Blanco, que instaló su casa y su establecimiento de barbería pasando más tarde a edificar el «Hotel Victoria». El primer gerente del «Hotel Reina Victoria» fue Jerónimo Torregrosa teniendo sus instalaciones lujosas habitaciones de gran confort y con buenas vistas al mar. Espléndido restaurante, con licores de todas marcas, excelente café, cervezas y especialidad en «helados finos», en 1922 pasó a ser dirigido por Francisco Mínguez Manzanares. En su última etapa fue regentado por Manuel Blanco Dols, casado con una incomparable colaboradora en el negocio, Concha Sala, pasando a dirigirlo, una vez acabada la Guerra Civil, sus hijos Rafael y Concha Blanco Sala Campos, sucediéndole en la administración los hermanos Rafael y Conchita Blanco Sala, que en dos plantas más de altura el establecimiento, permaneciendo abierto hasta finales de la década de los sesenta en que cerró sus puertas definitivamente.

En la línea de alojamientos, estrella arriba o abajo, en paseo Duque de la Victoria -actual Vista Alegre- al lado de la estación de Salvamento de Náufragos y de la caseta de carabineros paseo de Vista Alegre estuvo el «Hotel Miramar» que empezó siendo una pequeña taberna, inaugurada en 1886, en donde podían tomar café y beber una copa los trabajadores de las Eras de la Sal.

A comienzos de los años veinte del pasado siglo su propietario Manuel López Pareja lo transformó en restaurante sobre el mar, con variedad de comidas de todas clases a la carta y a precios económicos, especializándose en arroz a la marinera servido en un lujoso comedor con espléndidas vistas al mar, además de servir otras comidas, aperitivos y refrescos, levantando un nuevo edificio rectangular que constaba de planta baja y una superior en la que estaban emplazadas diez habitaciones muy confortables con panorámicas al paseo y al mar.

En su fachada principal, bajo un letrero publicitario de «Anís Candela», había un cercado de madera que delimitaba el acceso y conducía a la puerta de entrada que estaba flanqueada por dos ventanas y otras tres abalconadas situadas en la planta superior. Adosado a este edificio, por su parte trasera y dando continuidad a la planta baja, se encontraba un frágil cobertizo de madera de una altura, sustentado por veinte pilares de madera, hincados en la arena y arriostrados entre sí que dejaban visitable la zona de playa. Las tres fachadas del comedor disponían de unos ventanales abatibles que proporcionaban unas magníficas y ventiladas vistas a la bahía. El conjunto estaba pintado de color blanco y la cubierta, de teja de Alicante, evacuaba a dos aguas.

Al finalizar la Guerra Civil Española continuó regentándolo la viuda de Manuel López pasando en el año 1966 una nueva propietaria, Dolores Freixa Segarra, que reabrió el establecimiento pasando luego a dirigirlo Antonio Martínez Torres y su mujer Mari Níguez, y siguió teniendo habitaciones en el piso superior y se especializó en arroces y mariscos. En 1981, una vez renovada la concesión, Antonio Martínez reconstruyó todo el edificio dando paso un nuevo edificio que, finalmente, en 2010 cerró sus puertas para convertirse en la Oficina Principal de Turismo de Torrevieja.

Entre los años veinte y cuarenta del pasado siglo XX, en el «Bar Olimpia» y «Club Deportivo» propiedad de Leandro Bernabé Pérez, situado en el paseo de las Delicias -actual plaza Waldo Calero-, se alquilaban habitaciones y se servían comidas por encargo. En esos años también existió, en la plaza de Isabel II haciendo esquina con la calle Azorín, la «Pensión y Restaurante Ambos Mundos», tutelada por José Miralles Vera «el Bachicha» y su esposa Tere Sala. A principios de los sesenta fue reedificado estando abierto hasta entrados los años setenta del pasado siglo

Otro pequeño y céntrico establecimiento de hospedaje fue el «Hotel Restaurante Gran Vía», ubicado en la calle Ramón Gallud número 28, enfrente de la actual plaza de la Constitución. Abrió sus puertas en 1956 y en su efímera vida -cerró a los pocos años de su inauguración- estuvo regentado por Orencio Lucas, junto a Concha y Trina Maciá. Situado en un céntrico local este pequeño hotel dispuso de un esmerado confort y una selecta cocina. Enclavado en el punto más céntrico de Torrevieja en él se ofrecían comidas, banquetes, pensiones completas, baño y duchas.