Almoradí mantiene la polémica zona comercial del Saladar en la versión definitiva del PGOU

El PP preserva en el planeamiento varios desarrollos residenciales y terciarios pese a un informe de la dirección general de Política Territorial que pide que se retiren o se justifique su excepcionalidad- La futura zona terciaria quedó bajo dos metros de agua en la DANA de 2019, según IU -El PSOE se fractura con la abstención del portavoz y alcaldable Jaime Pérez

Vista del casco urbano de Almoradí rodeado de suelo agrícola de la huerta tradicional

Vista del casco urbano de Almoradí rodeado de suelo agrícola de la huerta tradicional / TONY SEVILLA

D. Pamies

D. Pamies

El Ayuntamiento de Almoradí ha aprobado provisionalmente en un pleno extraordinario convocado en Martes Santo el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Es la segunda aprobación del mismo documento de este mandato.

El gobierno del Partido Popular espera que sea el trámite definitivo de una iniciativa que comenzó en 2005. Además, el tiempo apremia, porque la memoria ambiental del mismo documento aprobada en 2015 decae en tres meses. Y si la Generalitat no da su visto bueno al PGOU habría que repetir una parte sustancial del trámite.

Respaldo

El documento se ha aprobado con el voto favorable del Partido Popular, y como es habitual el voto de la concejala de Contigo María Aroha González Alonso; la división del voto del PSOE -tres abstenciones lideradas por el portavoz del PSOE, Jaime Pérez, Rosario Ana Martínez y Amanda Ferrández Ros y dos votos en contra de Ricardo Hurtado y Javier Giménez Clemente-, el rechazo de los tres concejales de Izquierda Unida, que llevan oponiéndose a las previsiones del Plan General desde que comenzó su andadura y los dos concejales de Ciudadanos.

Documento

El documento que se ha llevado a sesión extraordinaria se ha ajustado a las últimas directrices marcadas por la Generalitat y los informes sectoriales recibidos dos años después de la última exposición pública tras la última aprobación plenaria de noviembre 2020. Según el concejal de Urbanismo, Miguel Gascón, se tuvo que impulsar una comisión provincial de Urbanismo extraordinaria para reclamar a los distintas administraciones implicadas como la CHS y varias consellerias para que emitieran esos informes que después de dos años no aparecían. Todos llegaron finalmente entre febrero y marzo. Según el edil todos son favorables. También el de inundabilidad para el caso del Saladar.

El Ayuntamiento trabaja contra reloj porque la memoria ambiental del Plan General en tramitación desde 2005 decae en tres meses si no se aprueba el documento. Lo que obligaría a repetir parte del procedimiento.

No es en contra

El concejal admite que la dirección general de Territorio y Paisaje sí ha condicionado el mantenimiento del suelo a liberar como urbanizable, incluido el del Saladar. "Ese informe es favorable pero condicionado: nos piden o que retiremos suelo a reclasificar o que justifiquemos por qué se incluye. Y lo hemos justificado". El concejal asegura que el municipio ha hecho lo que le han pedido, se respetan todos los condicionantes que figuran en la memoria ambiental y la Generalitat no puede demorar más la aprobación definitiva. También asegura que el terciario del Saladar "no es para un centro comercial, es para una zona terciaria de innovación".

Ese suelo se encuentra en plena huerta, en una de las zonas en las que de forma natural se produce la mayor escorrentía superficial por gravedad y desbordamiento de azarbes y acequias cuando se producen lluvias torrenciales. En la DANA de septiembre de 2019 los bancales de esa zona, que ya estaban inundados antes de la rotura del cauce del río, se anegaron hasta con dos metros de agua, según recordó ayer Izquierda Unida.

Una situación excepcional propiciada por esa brecha en el cauce nuevo y el efecto barrera de la autopista. La memoria ambiental de 2015, que recortaba bastante el ámbito de la zona terciaria, recoge medidas correctoras, como la sobrelevevación del suelo y zonas de sacrificios además de redes de pluviales para rebajar el riesgo, en una zona en la que la Generalitat además ya ha dado el visto bueno a una nueva depuradora.

Pleno del Ayuntamiento de Almoradí

Pleno del Ayuntamiento de Almoradí

Mientras que ese informe de la administración autonómica pide que se renuncie a los crecimientos previstos residenciales como terciarios, porque además Almoradí está a punto de superar la tasa del 10% de suelo sellado del término que impide que pueda crecer más, el Ayuntamiento intenta persuadir a la administración aportando nuevos terrenos de zonas verdes y aparcamiento en el planeamiento. Sin renunciar al Saladar y justificando su desarrollo con carácter excepcional, tanto de ese sector como los residenciales junto al casco urbano, también por el crecimiento de población que ha asumido el municipio en los últimos años. La condición de urbanizador del promotor del suelo solo la obtendrá formalmente el empresario si se aprueba el PGOU. En una tramitación que se ultima a las puertas de las elecciones municipales.

El PGOU aprobado, pese a la polémica del Saladar, no tiene nada que ver con el que planteó en su día el entonces alcalde Ángel Hurtado, que reclasificaba como urbanizables amplias zonas -con millones de metros caudrados- del campo entre Almoradí y Los Montesinos, además de las más cercanas del casco urbano en la huerta, y ya contemplaba el centro comercial del Saladar -con un convenio urbanístico pese a carecer con garantía jurídica alguna de que fuera aprobado-.

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La votación ha provocado además la fractura del grupo municipal socialista. Hasta la fecha la agrupación había votado en contra del documento. Sin embargo, el portavoz, exalcalde y alcaldable, Jaime Pérez y dos concejalas se han abstenido, mientras que Ricardo Hurtado y Javier Giménez se han mantenido en la que ha sido la postura oficial del PSOE en contra del proyecto desde hace casi dos décadas.

Izquierda Unida ha votado en contra porque se mantiene el plan del Saladar aunque ha reconocido el esfuerzo de los técnicos por adaptar el documento a las exigencias de la Generalitat que hacen sea totalmente distinto ahora a la propuesta de ocupación del suelo impulsada desde 2005, en pleno boom inmobiliario, en el que incluso aparecían suelos adquiridos por alcaldes de otros municipios por las expectativas urbanísticas creadas.

También ha indicado que no está nada claro que la administración autonómica vaya a aceptar la justificación del municipio a la hora de mantener las previsiones de suelo a urbanizar, en especial el del Saladar, por mucho que el PP entienda lo contrario.