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"Luna en Brasil", un amor lésbico en la Brasilia de 1950

La película ha triunfado en diversos certámenes de cine de todo el mundo, incluido Berlín

"Luna en Brasil", un amor lésbico en la Brasilia de 1950

Se presentó fuera de concurso, con una gran acogida de la crítica, en el Festival de Berlín y se hizo con cuatro, incluidos los de mejor director y actriz (Gloria Pires), de los premios anuales del cine brasileño, además de haber triunfado en diversos certámenes internacionales dedicados al cine de gays y lesbianas. Viene a confirmar, por encima de todo, la talla del director brasileño Bruno Barreto, uno de los más destacados del cine carioca de las últimas décadas, responsables de títulos como Doña Flor y sus dos maridos y Amor en el aire. Basada en la historia de amor real de Elizabeth Bishop y Lota de Macedo, recogida en la novela de Carmen L. Olivera, describe la historia de amor entre ambas, la gran poeta norteamericana que ganó el Premio Pulitzer y la arquitecta y paisajista brasileña que diseñó y supervisó la construcción de Flamengo Park. Está ambientada en el Brasil de los años cincuenta y pone de manifiesto que Bishop era una mujer emocionalmente frágil, en tanto que Lota era optimista y confiada. Superadas las hostilidades iniciales tras conocerse, su relación generó una bella y duradera historia de amor que alterará por completo el entorno íntimo de la escritora. Ambientada en Petrópolis, entre 1950 y 1960, el relato coincide con la eclosión de la «bossa nova» y con la construcción e inauguración de la capital del país sudamericano, Brasilia. Bañada por la pasión intensidad y la reparación histórica y con un marco muy elaborado que se deja sentir, la cinta arroja luz sobre la importancia de Lota en la vida, y en la obra también, de una de las voces más singulares de la literatura poética estadounidense.

Según manifestó el director, la principal razón por la que rodó la película es por que es una historia de pérdida. «De hecho -dijo- quería que esta película se llamase El arte de la pérdida, pero no pude convencer a productores o distribuidores. Preguntado por el peso en la cinta de la interpretación de las dos protagonistas, Gloria Pires y Miranda Otto, recalcó que fueron siempre vitales. «Una película puede verse fea- recalcó- , mal filmada, mal editada, con mala música, pero si las actuaciones son geniales, la película va a ser por lo menos buena. Esta película vive gracias a las actuaciones. Estas mujeres tienen que ser muy creíbles».

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