Aunque la estructura de la familia es parecida a la de la película anterior del director Yoji Yamada, Una familia de Tokio, y curiosamente los miembros de la misma los interpretan los mismos actores y actrices, esta nueva cinta tiene un tono del todo diferente, y presenta unos personajes completamente distintos. De hecho estamos ante el reencuentro del cineasta con la comedia, un género que no abordaba, nada menos, desde 1995, cuando dirigió el último largometraje de su serie Tora-san. No obstante, aún siendo heredera del espíritu de la serie que interpretaba el vagabundo Tora-san, la nueva película se separa de esa trayectoria para retratar las interacciones incómodas y a menudo ridículas de una familia que tropieza a diario con su cotidianeidad.

El día de su cumpleaños, la mujer del pater familias de una tradicional familia de Tokio, le pide a su cascarrabias marido como regalo, el divorcio. Esta revelación no sólo chocará a su incrédulo marido, sino a toda la familia, quienes intentarán por todos los medios evitar la catástrofe familiar.

Situándonos en el seno de la historia, vemos al hijo de un matrimonio anciano, Shuzo y Tomiko, que vive con éstos y su esposa; la hija mayor vive con su marido en el vecindario. El hijo menor piensa casarse con su novia. Parecen llevar una vida ordinaria pero feliz, sin embargo una tormenta va a cernerse súbitamente sobre esta familia.

La clave de la trama se delata con motivo del aniversario de Tomiko, cuando el marido de ésta, Shuzo, le pregunta qué desea le regale. Ella responde «e ldivorcio». Sus hijos se sumen en el pánico ante la noticia de separación. En medio de la súbita conmoción, cada uno de los miembros de la familia empieza a explicitar sus respectivos agravios.

Yamada debutó en el largo con A Stranger Upstairs, en 1961, y posteriormente lanzó la exitosa serie de films sobre Tora-san, que comenzó en 1969 y devino una de las series mundiales más longevas, con 48 largos. En 2002, el filme de samuráis de gran presupuesto El ocaso del samurái se llevó todos los premios importantes de Japón, quince galardones de la vigésimo sexta edición e los premios de la Academia de Japón, y resultó nominada como mejor película de habla no inglesa en los septuagésimo sextos premios de la Academia estadounidense, granjeando a su director reconocimiento internacional. El segundo film de su trilogía samurái, The Hidden Blade (2004), compitió en la 55 edición de la Berlinale, y el tercero, Love and Honor (2006), abrió la sección de Panorama de la 56 edición del mismo festival al tiempo que obtenía un éxito atronador de taquilla en Japón. Tras esto, el octogésimo primer film de Yamada, Una familia de Tokio (2013), se mostró en sesión especial del Festival de Berlín en su 63 edición. La casa del tejado rojo (2014) compitió en la edición 65.