La Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura ha iniciado el expediente para proteger el entorno de la Torre Gran, la fortificación almohade de Torre de les Maçanes declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Mientras se tramita el plan especial de preservación de este entorno, se suspenden las licencias. Además, cualquier obra que afecte al exterior de los edificios o a los espacios abiertos deberá obtener autorización del citado departamento.

El Diario Oficial de la Generalitat publicó ayer la resolución por la que se abre el citado expediente y delimita el entorno de protección, donde cita como ejes las calles San Salvador y Castell, incluyendo Jutge Hernández.

El documento indica que, sin embargo, no será necesario recabar autorización de la citada Conselleria -aunque sí se precisará un informe técnico municipal motivado- cuando se acometan obras que no afecten al patrimonio y se justifique que sean ajenas a "los valores protegidos del ámbito monumental, como son las actuaciones dirigidas a la mera conservación, reparación y decoración interior de los inmuebles que conforman el mismo y que, por tanto, no comporten alteración alguna de la situación preexistente".

En todo caso, se suspende la concesión de licencias de parcelación, urbanización, construcción, demolición, actividad y cualesquiera actos de edificación y uso del suelo" en el entorno de la fortaleza. Incluso se paralizan las autorizaciones ya otorgadas. No obstante, la Dirección General de Patrimonio podrá dar vía libre a actuaciones cuando considere que no perjudican los valores del BIC o que se trata de obras de interés general inaplazables.

Cultura obligará a mantener la parcelación y las alineaciones históricas del entorno de la Torre Gran. Asimismo, señala el texto, "los edificios tradicionales del entorno, por su alto valor ambiental y testimonial de una arquitectura y tipología que caracteriza al mismo, deberán mantener las fachadas visibles desde la vía pública, preservando y restaurando los caracteres originarios de las mismas".

Los inmuebles construidos antes de 1940 no podrán variar su altura y el resto no podrán tener más de dos plantas, ni superar los siete metros. Si actualmente tienen más de dos plantas quedarán fuera de ordenación. Se autorizarán sótanos pero se prohíben los semisótanos, mientras que las cubiertas deberán ser de teja árabe.

También se prohíben los miradores y "las persianas, salvo las persianillas exteriores enrollables tradicionales". Los balcones tendrán una anchura máxima de vuelo de 40 centímetros, 15 de canto y una longitud máxima de 1,8 metros. Las carpinterías deberán ser de madera y Cultura recomienda la instalación de contraventanas mientras que no se autorizarán los acabados con materiales no tradicionales, como aplacados, alicatados o los enfoscados de mortero de cemento, entre otros.

Además, la Conselleria de Cultura indica que, para "conservar el paisaje tradicional de la Gran Torre entre la circunvalación y las manzanas más inmediatas a la fortaleza "no se permitirá edificación alguna para cualquier uso, permitiéndose, los usos agrícolas, forestales y zonas verdes".

En general, se precisará el permiso de la Generalitat para actuaciones en espacios libres como reurbanizaciones, ajardinamientos e instalación de mobiliario urbano, así como tratamientos de color a los edificios, implantación de rótulos, marquesinas, toldos o antenas, entre otros.