Una camioneta fue interceptada anteanoche y sus ocupantes detenidos por agentes de la Policía Nacional en San Vicente del Raspeig cuando transportaba cerca de tres mil kilogramos de hachís. El arresto tuvo lugar en el casco urbano de la localidad, cerca del campus universitario, lo que provocó un gran revuelo en la zona, ya que los vecinos confundieron la operación policial con una pelea callejera. La operación antidroga seguía ayer abierta tras la detención de cinco implicados en San Vicente, Alicante y Sant Joan.

La operación ha sido realizada conjuntamente por el Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (GRECO), la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante y Vigilancia Aduanera. Fuentes cercanas al caso indicaron que los agentes comenzaron a seguir a la furgoneta cuando partió de la provincia de Almería. La vigilancia se realizó en varios vehículos camuflados que se fueron turnando durante el recorrido que realizó por la autovía del Mediterráneo para tratar de averiguar el lugar y destinatario de la entrega.

A pesar de estas precauciones, al parecer el conductor acabó percatándose de que estaba siendo seguido, por lo que al llegar a la altura de San Vicente del Raspeig se adentró en el casco urbano, debido a que conocía la localidad y pretendía callejear para despistarles y huir. Los policías intensificaron entonces la persecución para tratar de interceptar el vehículo, hasta que lograron acorralarle en la calle Portugal, próxima al Centro de Salud II y al campus universitario, gracias a que uno de los extremos del vial no tiene salida.

Los policías de paisano salieron de los vehículos y fueron a detener a los ocupantes de la furgoneta. Los gritos y el revuelo propios de la operación fueron escuchados por vecinos de la zona, teniendo en cuenta además que la actuación se produjo en horario nocturno, cuando hay más silencio en las calles.

Varios ciudadanos alertaron entonces a la Policía Local de que se estaba produciendo una pelea callejera, pues confundieron a los agentes de paisano con maleantes que, según creyeron, estaban atacando a los ocupantes de la furgoneta.

Varias patrullas de la Policía Local se personaron de inmediato en el lugar. Entonces los agentes de la citada unidad se identificaron y explicaron que se encontraban en plena operación antidroga, de modo que los funcionarios municipales se ofrecieron a prestar colaboración.

Además de proceder a la detención de los transportistas, los agentes requisaron el vehículo, cargado con casi 3.000 kilos de hachís, según las citadas fuentes, que apuntaron que la operación continúa abierta.