Nada menos que tres décadas sin inversión. Las mejoras realizadas en los últimos años en el Centro Integrado de Formación Profesional Canastell de San Vicente del Raspeig se han realizado con los fondos propios de la institución, que cuenta con 1.800 alumnos y se ha convertido en una referencia de la Formación Profesional en la Comunidad. A pesar de estar cansados de esperar, a principios de año, desde la dirección del centro se solicitó a la Conselleria de Educación una serie de actuaciones con la intención de que se incluyeran en el plan de obras que el Consell proyecta para esta legislatura. Una petición que fue rechazada por la cartera que dirige el conseller Vicent Marzà (Compromís).
Entre las principales demandas del centro se encuentra la adecuación de los aseos para personas con discapacidad y la instalación de un ascensor exterior que garantice la accesibilidad de aquellos alumnos que deben utilizar una silla de ruedas. Además, el centro solicita la construcción de una nave-taller para las especialidades del área industrial.
Hasta ahora, tal como explicó ayer el director del CIPFP Canastell, Carlos Navas, han sido los propios alumnos y profesores los que han ido acondicionando diferentes zonas del centro, como un antiguo parvulario, para poder contar con aulas-taller para realizar prácticas de automoción, electricidad o mantenimiento. «No podemos sentarnos a esperar durante años una respuesta», indicó el director.
Además, hace dos años, el centro solicitó a la Dirección Territorial la reparación de los elementos arquitectónicos que estaban cercanos a constituir un peligro para los alumnos y usuarios. Sin embargo, la Conselleria de Educación trasladó a la directiva la orden, que comenzó a ejecutarse a partir del verano de 2014, para que se realizaran las obras en el informe con cargo a los fondos del centro. «Hace dos años invertimos lo que teníamos en adecuar los accesos y realizar diferentes obras imprescindibles pero ahora no podemos asumir una remodelación», señaló Navas.
Antecedentes
El IES Canastell se transformó en el CIFP, en el curso 2008/09, cuando, tras la construcción del IES María Blasco, se trasladaron a este último centro todas sus enseñanzas no profesionales . En ese momento no se realizó la necesaria remodelación del edificio y la adecuación de las instalaciones a su nueva realidad educativa, tal y como se hizo en otros centros de la provincia. Sin embargo, el proyecto de reforma -que alcanzaba los ocho millones de euros- se presentó al antiguo conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, pero nunca se llevó a cabo. Navas indicó en su informe remitido a la Conselleria de Educación el pasado mes de enero que «la realización de estas actuaciones no requeriría en absoluto ni de traslado provisional de enseñanzas ni el abandono de instalaciones». El director pide que se retome tan sólo una parte de aquel proyecto para poder subsanar las principales necesidades del centro.
Tras conocer esta situación, la plataforma ciudadana Guanyar, miembro del equipo de gobierno de la localidad, anunció que presentará una moción en el próximo pleno en la que se exigirá al Consell que atienda las demandas del centro y lo incluya en el nuevo programa de la Conselleria de Educación destinado a centros educativos con infraestructuras deficientes heredadas del Mapa de Infraestructuras Escolares. Guanyar lamentó que «la Generalitat no haya invertido ni un solo euro en el mantenimiento del centro en 34 años».
Por otro lado, desde el grupo municipal del Partido Popular indicaron ayer que apoyarán la moción anunciada por Guanyar y recordaron que «hace solo dos meses, el PP presentó una enmienda a los presupuestos de la Generalitat solicitando «que se incluyera una partida para financiar este proyecto, propuesta que fue rechazada por los representantes del PSOE, Compromís y Podemos en las Cortes».