El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig va a acabar este mandato fijándose en dos de los barrios alejados del centro urbano que más necesitan una modernización de sus infraestructuras. La actuación se centra en los barrios de Laborinquen y Soca, que nacieron en la década de los 60 del siglo pasado en el extrarradio sin contar con una planificación urbanística concreta.

El proyecto que ha aprobado la junta de gobierno local va a permitir la mejora a través de unas obras que consisten en ensanchar las aceras, adaptar todos los cruces a la normativa de eliminación de barreras arquitectónicas, se va a dotara algunas de las calles con arbolado y el proyecto contempla urbanizar un solar público para transformarlo en aparcamiento de vehículos, así como mejorar las líneas del alumbrado.

El plan tiene un presupuesto de 237.000 euros y su ejecución es de tres meses. En la memoria técnica se destaca que en todas las calles de ambos barrios, salvo un pequeño tramo de la calle Laborinquen, las aceras tienen una anchura de 1,30 metros. Además, la mayoría de los cruces tienen barreras arquitectónicas y de hecho, ninguno se ajusta a la normativa vigente de la Generalitat Valenciana.

La concejala de Urbanismo, Infraestructuras, Mantenimiento y Servicios Urbanos, Mariló Jordá, señala la necesidad de mejorar todos los barrios. De este proyecto destaca que «es necesario para mejorar el grado de accesibilidad peatonal de sus vecinos, equiparándolo con el de otros núcleos similares del extrarradio de San Vicente que fueron acondicionados en años anteriores».

La accesibilidad sin barreras en los cruces es fundamental, de ahí su adaptación a la vigente normativa. Dotar de plazas de aparcamiento concentradas en el solar público, fuera de la circulación en las calles, «garantiza un desahogo en el resto de las calles, permitiendo ensanchar las aceras en alguna de las calles, en sacrificio de algunas plazas de aparcamiento».

Con esta actuación se garantiza el acceso entre los dos barrios, actualmente inexistente, lo que mejora la seguridad de sus vecinos. Se han revisado los sentidos de circulación y se ha mejorado el diseño de la señalización horizontal, garantizando una circulación más fluida y segura. En cuanto al alumbrado, se mejora el nivel de las instalaciones y el grado de iluminación de alguna de las calles. Van a sustituirse los puntos de luz cuyas luminarias se soportan sobre postes de madera, o empotrados en la fachada, por columnas de acero galvanizado. Con la finalidad de mejorar el aspecto del barrio también se va a incorporas arbolado en aquellas aceras que tengan más de tres metros.

El nuevo alumbrado pasa el periodo de pruebas

El nuevo alumbrado de Los Girasoles luce desde finales de febrero tras superar un periodo de pruebas. El Ayuntamiento da por terminada la renovación en la zona sur y oeste de una instalación con 40 años de antigüedad. El municipio ha invertido medio millón de euros en la instalación de un amplio sector de esta urbanización con una tecnología de última generación y advierte de que va a reducirse la factura eléctrica más del 70%, más de 30.000 euros al año. Es además la primera vez en una obra de nueva ejecución en San Vicente en la que se han instalado puntos de luz solares que no requieren cableado ni obra. Se han colocado 17 paneles en Partida Raspeig y calle Cactus.

Parte de la instalación ya fue renovada parcialmente (calles Chopos, Olmos, Moreras), pero presentaba un exceso de puntos de luz. La concejala responsable del alumbrado público, Isalia Gutiérrez explica que al tratase de una urbanización tan extensa se hacía aconsejable llevar a cabo la renovación del alumbrado en dos tandas. Ahora se ha acometido la primera fase con la renovación de un total de 293 puntos de luz; de los cuales103 son nuevos.