«San Vicente va a pasar al libro Guinness de los récords por su paso de peatones en la calle Pelayo»; «un paso de cebra kilométrico» o «un paso de muchas cebras», son algunos de los comentarios que ha generado el paso de peatones pintado en la calle Pelayo, esquina con la calle Villafranqueza. Muchos vecinos aseguran preferir que San Vicente sea conocido por un Belén gigante, recordando el de Alicante, que por un paso de cebra interminable.

El recién pintado paso supera los 20 metros de anchura y ha hecho volar los comentarios jocosos y los «memes» de muchos sanvicenteros en las redes sociales, la mayoría sin dar crédito a unas rayas blancas que parecen interminables y que se salen de lo que habitualmente es un paso de cebra.

A pie de calle, para los vecinos que viven en la zona, «es un poco exagerado». Algunos creen que se debe a que «les debía sobrar pintura y la han gastado toda aquí». Y otros bromean considerándolo una buena pista de entrenamiento de atletismo en la que se ha convertido su calle.

Uno de los comerciantes que no da crédito a la enormidad de rayas pintadas frente a su establecimiento reclama que finalicen las obras cuanto antes aunque lamenta «la campaña de Navidad ya la hemos echado». Considera que se han cometido «errores» en la ejecución de la reurbanización de la calle, que supera los 300.000 euros y no entiende el porqué de un paso cebra tan largo.

La obras de la calle Pelayo ya acumulan polémica, puesto que hace escasas semanas se tenía que volver a hacer la acera para eliminar los elevados desniveles con los accesos a casas y a tiendas.

Otro de los comerciantes advierte del peligro que va a suponer para los ciclistas y motoristas un paso tan alargado, ya que la pintura suele ser deslizante cuando llueve. «Ya veras la de motoristas que se van a caer en cuanto toquen el freno en este paso de peatones», se lamenta. De hecho, muchos de los comentarios creen que uno de los problemas de este paso tan largo es que resultará peligroso para los vehículos de dos ruedas.

Una residente de la calle que no lo ve con malos ojos, cuenta que la zona tiene buena parte de población anciana y el paso puede ser beneficioso para ellos, ya que cree que los vehículos aminorarán la velocidad. «Es un paso exagerado, pero espero que sea para mejor», señala, «por aquí los coches van muy rápidos, lo siento por los conductores, pero aquí hay mucha gente mayor».

La pérdida de aparcamiento preocupa más a buena parte de los vecinos, que han visto mermada la capacidad para aparcar con la reforma de la calle. «Me he quedado un poco impresionada al ver tantas rayas. He pensado que habían hecho la calle peatonal», explica una mujer mayor que vive en la calle. «Los coches tendrán que ir a 5 por hora», elucubra, «nunca he visto un paso tan grande y excesivo».

Consciente de la polémica generada, el concejal de Contratación, Jesús Arenas, salía ayer al paso de las críticas explicando que el paso se ha hecho totalmente a conciencia para marcar la prioridad de los peatones frente a los vehículos. Indica que la calle ha pasado a ser de plataforma única y se ha dejado un resalto para que los vehículos minoren la velocidad a su paso.

«Es especialmente adecuado para zonas de tránsito multidireccional de peatones como es esta intersección. Esta es una acción más que se suma a las actuaciones del consistorio para hacer de San Vicente una ciudad más amigable para el peatón, una línea en la que continuaremos trabajando», concluye.

Otro similar pintado en la calle Manuel de Falla hace una semana

El paso de cebra de la calle Pelayo, inusual por su longitud, con más de 20 metros, no es el único de San Vicente. Hace una semana el Ayuntamiento pintaba otro similar aprovechando también la remodelación de la calle Manuel de Falla. El concejal de Contratación, Jesús Arenas, afirma que no es una intervención inusual y se remite a Benidorm, donde también los hay.

La polémica no ha dejado de crecer desde que se pintó el paso de cebra. Otros municipios españoles ya han sido protagonistas por pasos similares. El de Cangas de Morrazo en Galicia está considerado como el más largo del país, ya que tiene alrededor de 40 metros de anchura. Y claro, no exento de bromas también.