Luis Seguí cuenta con una extensa trayectoria como músico en El Campello. Nacido en Alicante, realizó estudios superiores de percusión, piano, composición y dirección de orquesta en los conservatorios de Alicante, Murcia y «Berklee School of Music» de Boston. Desde hace varios años, es el director de la Colla Larraix y de la Banda de Música L’Avanç. Ambas entidades destacan por su arraigada tradición musical en el municipio.

El Campello es un municipio de gran tradición y afición musical, ¿esto a qué se debe? ¿Las fiestas han influido?

Como en muchos pueblos sucede, siempre hay una persona que es el impulsor del movimiento musical, en El Campello fue Pedro Vaello. Él fue quien inició el movimiento musical en el municipio. El pueblo de El Campello le debe bastante a esta persona en el inicio musical y en lo que se refiere a la Banda de L’Avanç ya que su origen viene precisamente de ahí. Hay un pequeño germen previo a la guerra civil, pero principalmente fue en los años 60 cuando se forma la banda. En cuanto a la Colla de Larraix fue posterior, surgió en los años 80 y su origen sí que está muy ligado a la fiesta, a los desfiles y demás. Pero sobre todo, se crea como un impulso para aglutinar a los que tocaban la dolçaina y el tabal, creando también una escuela.

¿Qué actividad se está realizando actualmente en ambas agrupaciones?

Ahora, no solo nosotros sino todas las agrupaciones, nos hemos especializado y aunque tocamos bastante por la calle nuestra actividad la hemos enfocado a conciertos y el repertorio está bastante especializado. En la colla hemos intentado que no solo sea la actividad en la calle, que también es muy importante y sabemos que venimos de ahí, pero también queremos dignificarlo y ofrecer esta actividad más enfocada al auditorio.

Precisamente, el Ayuntamiento de El Campello ha preferido evitar las aglomeraciones en la calle y apostar por los conciertos. Han potenciado que se hagan actos en la Casa de la Cultura y eso nos ha ayudado bastante. Nos han contratado para realizar más conciertos tanto con la banda como con la colla. Estamos muy agradecidos, se han preocupado por nosotros, sabían que íbamos a perder actividad y nos la han dado por otro lado.

¿Cómo ha evolucionado la tradición musical en El Campello?

En lo que a mí respecta diría que nos hemos consolidado. Siempre tienes dos puntos de acción, uno es la agrupación y otro es el público y hemos intentado que los dos tengan un beneficio. Por un lado, hemos intentado que la agrupación crezca y que la escuela siempre esté activa. Y por otra parte, hemos intentado que el público siempre tenga esa actividad musical a la que asistir. Por lo menos desde mi posición de director intento siempre que esas dos líneas de acción estén siempre activas.

En la colla creo que se ha notado más, nos hemos diversificado realizando conciertos aparte de la actividad en la calle. Además, hemos hecho que el público vea que la dolçaina no solo es un instrumento de calle sino que puede disfrutarse en un concierto.

¿Cuántas personas forman ambas entidades?

Actualmente, la Banda de L’Avanç está formada por aproximadamente 50 personas, la media de edad es bastante joven y cuando tienen 17 o 18 años se van a estudiar fuera. Nosotros fomentamos que la juventud se dedique al mundo de la música.

Y por otra parte, la colla está formada por unas 20 personas más o menos.

La escuela de música también está en funcionamiento, ¿es importante tener una buena cantera de músicos?

Es muy importante, dependemos de la cantera para evolucionar y para que la agrupación crezca ya que gran parte de los músicos de ambas entidades se han formado con nosotros. Que se apunten a la escuela a veces también depende del boca a boca entre los niños o por tradición familiar. Lo más bonito es cuando un niño que se apuntó a la escuela sin ninguna pretensión luego se quiere dedicar a esto profesionalmente, estos casos nos dan mucha satisfacción porque han aprendido con nosotros.

¿Cómo llegó a formar parte de la banda y de la colla?

Llegué precisamente a la banda porque mi profesor era el director de L’Avanç, me trajo aquí para aprender y cuando él se fue en 2005 empecé yo como director. Y a la colla entré porque muchos músicos son comunes a ambas agrupaciones y en Larraix surgió también la oportunidad en el 2006 o 2007.

¿Qué le ha marcado en el mundo de la música en El Campello?

Si tuviera que quedarme con algo de El Campello no serían las actuaciones musicales en sí, si no las personas y las agrupaciones, lo que he aprendido, madurado y las amistades que tengo. Han cuidado de mí y han apostado por mí desde el principio aunque no tuviera experiencia como director.