La historia de San Vicente del Raspeig a través de la evolución de su Policía Local. Es el eje del último libro editado por la entidad cultural Cercle d’Estudis Sequet però Sanet dentro de su colección de Cuadernos de la Memoria de Sant Vicent del Raspeig. El número 31 está dedicado al cuerpo de seguridad más cercano a los ciudadanos.
El libro recién publicado contiene una historia gráfica que permite seguir el desarrollo de este cuerpo y la sociedad a través de una recopilación de imágenes sobre la Policía Local del municipio, la primera de ellas de 1969. «En dichas imágenes, además de los datos que las acompañan, se recoge la historia de lo que antes se llamaba Policía Municipal hasta la actual denominación», cuenta el presidente del Cercle y exalcalde de San Vicente, Francisco Canals, que ha vivido en primera persona parte de esa evolución.
Los primeros datos que ha recopilado la entidad cultural son de principios de los años 50 del siglo XX en los que se recoge la denominación que se les daba en aquel momento a los agentes que eran la «Guardia Municipal».
A través de las imágenes se pueden observar los distintos cambios experimentados. Y entre los más curiosos destaca la evolución de la uniformidad a través de los años. Un ejemplo de ello son los distintos colores que han adoptado los uniformes policiales, el tipo de gorras, en algunos momentos boina y los cascos que se utilizaban en las distintas etapas.
Están recogidos otros aspectos de su labor cotidiana, como los momentos en los que salían a patrullar, y también los símbolos anteriores a la actual etapa democrática como la bandera o bustos de políticos del régimen franquista y los distintivos propios de la época.
El cuaderno se abre con una imagen del antiguo ayuntamiento de la plaza de España en los años 50 del siglo XX en cuya primera planta se encontraba la sede de la Policía Municipal. Y a continuación se reproduce un documento presupuestario manuscrito de 1952, en los principios de la Policía, en el que se detallan con una cuidada caligrafía los trabajadores públicos del Ayuntamiento y sus sueldos. En ese momento San Vicente contaba con dos guardias municipales y cuatro serenos. Cuando aún se cobraba en pesetas, el alguacil recibía un sueldo de 9.660 pesetas; los dos guardias municipales 6.500 pesetas y los serenos 4.200 pesetas.
Años después, en 1969, y colocados en escalera posó la plantilla policial y los serenos, compuesta por 9 guardias y 4 vigilantes. Son varias las imágenes de formación de la plantilla en las últimas décadas.
En 1970 el agente Antonio Moltó Payá aparece retratado en la calle, con el uniforme propio caracterizado por un casco rígido y unos guantes blancos, regulando el tráfico en la avenida de la Victoria, hoy avenida de la Libertad.
El cuaderno se lee a través de las fotografías, muchas en blanco y negro, otras del color sepia característico de los años 70. Entre las más curiosas, la del agente Juan Parra controlando el tráfico subido en su puesto de control fijo en mitad del cruce de la carretera de Villafranqueza con Ancha de Castellar. Y en otra imagen, el mismo agente patrullando con su motocicleta con el rótulo en el parabrisas de «Policía Municipal». Otras fotografías son de pose de la plantilla, en algunos casos con los políticos y alcaldes de la época, como el primer edil de los años 70 Mariano Carbonell Montoyo.
El 3 de diciembre de 1980 el diario INFORMACIÓN publicó la noticia de la creación de la Brigada de Vigilancia Nocturna, y el cuaderno recoge el recorte del periódico con la imagen de los agentes Francisco Hernández y Víctor Contreras.
También se refleja uno de los hitos de la Policía, la incorporación de la primera mujer Policía en 1984. Con 19 años, Ángela Marco Martínez entró a formar parte de un Cuerpo, hasta el momento eminentemente masculino. En 1990 entró la segunda, Cristina Ponce. Y una década después, ya en el año 2000, lo hacía la tercera agente, Pilar Pérez.
La labor de la policía local en los colegios y centros educativos o su labor de prevención y auxilio en temas sanitarios también se refleja en un libro cuyo objetivo ha sido dejar testimonio del origen y la evolución del cuerpo de la Policía Local.