La UTE constructora del tramo de la autovía central del Barranc de la Batalla, en Alcoy, formalizó a las 2 de la tarde de ayer la paralización de las obras -como había adelantado este diario-, en protesta por el anuncio del Ministerio de Fomento de que aplaza hasta 2012 el pago de las cantidades pendientes, que ascienden a 20 millones de euros. La clausura de la obra se produjo, además, después de que la empresa hubiese despedido a trabajadores, en una cifra que no ha trascendido.

Es el último tramo de la autovía central y debía haber quedado completado a finales de este año, pero será ya muy difícil que este objetivo se pueda cumplir, y que en 2010 se pueda circular entre Alicante y Valencia por Alcoy a través de una carretera de cuatro carriles.

Fomento notificó a mediados de semana a Ferrovial y Hormigones Martínez que, por la crisis, reprogramaba inversiones en curso; en este caso, los 9 millones que se debían desembolsar este año y los 11 del proyecto modificado -que incluye los falsos túneles por los murciélagos- a punto de aprobarse, se aplazaban a 2012. La respuesta de la UTE fue inmediata: paralizar las obras.

En un tramo en el que se ha estado trabajando muchas veces 24 horas al día y siete días a la semana -se han excavado 3 kilómetros de túneles, que ahora se estaban gunitando-, sonó la campana a las 2 en punto de la tarde de ayer y los trabajadores salieron. Abandonaron el recinto sobre todo por el área de la Venta Saltera, a pocos metros de los túneles, y cogieron sus vehículos, en lo que no suponía el inicio de unas vacaciones, sino un receso algo más dilatado.

En los últimos dos días, según ha podido saber este diario, los trabajos se han centrado en la consolidación de las obras, acabando el hormigonado y dejando la zona en las condiciones adecuadas para una etapa de inactividad como la que ha comenzado; además, se ha procedido a retirar maquinaria, según explicó a este diario el diputado Amando Vilaplana. En la zona va a quedar un retén de seguridad, para vigilar las obras y la maquinaria que permanezca.

Aunque en medios económicos locales se ha calificado esta decisión de la UTE como una "estrategia" de cara a Fomento, la realidad es que las empresas y el ministerio ya mantuvieron una reunión en el día de ayer, de cara a estudiar la situación, que complica la finalización de una autovía que parecía encarrilada.

Curiosamente, el mismo día la Conselleria de Infraestructuras desbloqueaba el primer desvío -el de la carretera comarcal 700, hacia Benimarfull-, en el tramo de autovía Muro-Cocentaina. Este vial, como se ha venido informando, debía haberse inaugurado por estas fechas, pero la tardanza del Consell en autorizar estos dos desvíos -aduciendo que Fomento no había pedido los permisos de manera correcta- va a impedirlo.

Vilaplana explicó que se ha concedido el permiso para trabajar en el desvío de la CV-700, y que "la constructora se ha comprometido a trabajar a destajo para ver si en dos meses puede acabarlo, siempre que el otro se apruebe con rapidez". En este caso, la empresa también está afectada por los pagos de Fomento, pero tiene un acuerdo con el ministerio.