Fue un día histórico, aunque un tanto atípico. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, inauguró los dos nuevos puentes de Alcoy, mejorando las conexiones entre el Viaducto y la Zona Norte y Santa Rosa y Batoy, pero lo hizo en el centro de ambas infraestructuras y protegido por más de 50 efectivos de la Policía Autonómica, para eludir a los manifestantes concentrados en todos los puntos. El control fue tan exhaustivo que la Policía impidió en el puente Viaducto-Zona Norte el paso a la diputada Patricia Blanquer, al presidente de la Cámara de Comercio e Industria Enrique Rico, al portavoz de Compromís David Abad y a periodistas.

Doce millones de euros de inversión -en su mayor parte, para la obra del Viaducto a la Zona Norte- y la subsanación de una reivindicación histórica para unir estos dos barrios señalaban la jornada como histórica. Al final, la protesta permanente que acompaña a Fabra empañó la jornada, ya que obligó a celebrar los actos protocolarios lejos de los ciudadanos, lo que propició incluso una protesta posterior del Ayuntamiento de Alcoy.

Fabra llegó a la zona de El Collao entre pitos de manifestantes concentrados y procedió a descubrir la placa identificativa del puente, que ha costado 1,7 millones de euros. Los manifestantes se subieron a una ladera y provocaron una movilización policial.

A renglón seguido, los participantes se desplazaron en autobuses al puente Viaducto-Zona Norte -que ha costado más de 10 millones-, entrando por el colegio Miguel Hernández. Los vehículos fueron abucheados por manifestantes de Canal 9, los colectivos de la Dependencia, el copago farmacéutico, de las escuelas públicas y de trabajadores de Renfe.

El presidente descubrió la placa y, una vez en el centro, se efectuaron los discursos. El alcalde Antonio Francés expresó su apoyo a los manifestantes, «que aunque están lejos, los oímos» y resaltó que se trata de «dos intraestructuras que mejoran la circulación y la calidad de vida de los alcoyanos y los vecinos de las comarcas, por el acceso al Hospital».

El presidente Fabra destacó que «es un día de unión» y alabó que los puentes hayan sido construidos «por empresas valencianas». También dijo que «son dos puentes que acercan a las personas y dan más vertebración a los ciudadanos».

Muy especial fue la intervención de Paco Aura, superviviente de Mathausen, ya que el puente Viaducto Zona Norte lleva su nombre. A sus 95 años, Aura intervino expresando gratitud. «Gracias a todos los que han hecho posible que este puente lleve mi nombre. Nunca he buscado protagonismo, pero espero que este puente sea un símbolo de paz, de lo que nunca debió pasar».

En general, se trató de un acto del PP ya que la inmensa mayoría de los invitados eran de este partido, con la única excepción de los responsables del Ayuntamiento de Alcoy.