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«El sector ha dado todo un ejemplo de cooperación durante este medio siglo»

«El sector ha dado todo un ejemplo de cooperación durante este medio siglo»héctor fuentes

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, afirma que el sector ha dado un ejemplo de cooperación durante este medio siglo, y destaca que los principales retos pasan por seguir defendiendo los intereses de las empresas y diseñar los juguetes del futuro.

La patronal del sector se encuentra inmersa en la celebración de su 50 aniversario, y lo hace con el poso de la gran cantidad de iniciativas surgidas de la unión de las empresas.

¿Qué destacaría de todos estos años?

Han sido 50 años muy prolíficos, con proyectos de todos tipo, muchos de los cuáles han prosperado y otros que se han quedado por el camino. Pero si tuviese que destacar algo sería el ejemplo de cooperación que ha dado el sector a lo largo de este medio siglo, empresas que entre sí son competencia han llevado a cabo un esfuerzo importante para remar en la misma dirección y, huyendo del día a día, trabajar por un futuro a más largo plazo.

¿Cuáles son los retos para los años venideros?

Sobre todo pensar en cómo serán los juguetes del futuro. Cómo los haremos, o si serán los propios niños los que se los diseñarán para elaborarlos en impresoras 3D. También cómo comunicarnos con ellos en este mundo en el que llevamos internet en el bolsillo. Las cosas cambian muy rápido y hay que adaptarse, aunque si de algo sabemos es de niños y de cómo divertirles. Recuerdo que hace 25 años el anterior presidente de la asociación, Salvador Miró, ya decía algo muy parecido en el boletín del sector, y las empresas han respondido a lo largo de todo este tiempo.

Otra de las cuestiones pendientes es el de las falsificaciones, que tanto daño hacen al sector...

Es un grave problema, que más que a nivel económico, que también, nos afecta en cuanto a image. El problema en este aspecto es la hiperregulación que sufre este sector, con una inmensa cantidad de normas que obligan a las empresas a un enorme esfuerzo en materia de inversión, pero que después nadie se ocupa de hacerlas cumplir. Además, si se detectan falsificaciones, no pasa nada. Esto es como un caballo desbocado; cualquier alerta se convierte en motivo de alarma y enseguida aparece un político que se inventa una nueva norma.

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