El concurso para la construcción de la pasarela peatonal de Cervantes en Alcoy ha vuelto a quedar desierto, con lo que el proyecto ya acumula un retraso de cuatro años. La infraestructura, aprobada en los presupuestos participativos de 2016, tendría que conectar el encauzamiento del río Riquer con el barrio de Santa Rosa a través de la zona de Santa Ana. Sin embargo, las dos licitaciones convocadas por el Ayuntamiento no han llegado a prosperar, todo parece indicar que por la baja dotación económica. Los vecinos han expresado su malestar por esta situación, teniendo en cuenta además que se trata de una iniciativa que surgió de las votaciones ciudadanas.
Fue en 2016 cuando en el seno de los presupuestos participativos se aprobaba la construcción de una pasarela peatonal que tendría que conectar el paseo del cauce del río Riquer con la zona deportiva de Santa Ana, en el barrio de Santa Rosa, por debajo del puente de Cervantes. De esta forma se pretendía dotar de un mayor uso al paseo, y enlazarlo asimismo con la senda que conduce hasta el Racó de Sant Bonaventura y la vía verde.
Transcurridos cuatro años, sin embargo, el proyecto sigue sin ejecutarse. El Ayuntamiento convocó un primer concurso, presupuestado en 139.212 euros, que quedó desierto al no resultar atractivo para las empresas por el bajo importe económico. Esto propició el inicio de un nuevo proceso de licitación con un notable incremento presupuestario, toda vez que salió por 228.525 euros. Pues ni así, ya que sólo se ha presentado una empresa, aunque fuera de plazo.
La concejala de Participación Ciudadana, Tere Sanjuan, lamentaba lo sucedido. «A pesar de que se aumentó el presupuesto, y además de manera significativa, nos hemos encontrado otra vez con el mismo resultado».
El Ayuntamiento intentará ahora un procedimiento negociado, invitando a tres empresas. «Es la forma más ágil de contratar los trabajos -asegura-, dado que en caso contrario nos veríamos obligados a empezar la tramitación otra vez desde el principio».
La evidencia es que a las empresas constructoras no les resulta atractivo el concurso por su baja dotación presupuestaria. «Nosotros -señala Sanjuan- nos ceñimos a lo que nos dicen los técnicos. Vamos a ver si fructifica el procedimiento negociado, aunque si no es posible es evidente que tendríamos que ver por qué precio estarían dispuestas las empresas a concurrir».
La edil señala que este es el proyecto de los presupuestos participativos que acumula mayor retraso, debido a los problemas con los que se han encontrado. Otros todavía no se han ejecutado, según sus palabras, «porque están pensados para ubicarse en espacios, como puede ser el caso del complejo tecnológico de Rodes, que todavía no están habilitados».
Sea como fuere, lo cierto es que la tardanza en ejecutar la pasarela está provocando críticas vecinales, teniendo en cuenta que es fruto de un proceso participativo. El presidente de la asociación de vecinos de Santa Rosa, Juan Vicente Moncho, lamentaba que «el proyecto se haya quedado paralizado otra vez, y sin que estemos recibiendo la más minima información por parte del Ayuntamiento. Antes contactaban con nosotros, pero últimamente no nos informan y nos está pasando en muchas cosas».
El presidente del Ensanche, Paco Seguí, barrio cercano también a la futura infraestructura, se muestra crítico con la forma de funcionamiento de los presupuestos participativos, y también con los pocos vecinos que intervienen en los mismos. «Si encima los proyectos que se aprueban no se ejecutan, la implicación de los vecinos será incluso menor».
