Los vecinos de Cocentaina que se rechazan la instalación de una gasolinera en el casco urbano han presentado al Ayuntamiento más de 3.000 firmas contrarias al proyecto, con las que esperan que la autoridad municipal se posicione también en contra de la iniciativa. El colectivo señala que «la salud, seguridad, tranquilidad y dignidad» de quienes residen en la zona «está por encima de cualquier interés económico», e insisten en el riesgo que supone construir una instalación de ese tipo en un entorno lleno de viviendas y con varios centros educativos.

La gasolinera planteada, de las denominadas de autoservicio, se ubicaría en el cruce de la avenida País Valencià -antigua travesía de la carretera N-340- con la calle Padre Francisco Ferrer, donde hay ahora una nave comercial sin uso que se derribaría para dejar paso a la estación de servicio. El solar se encuentra en pleno casco urbano, completamente rodeado de viviendas -una de ellas, literalmente pared con pared con la nave que se demolería-, enfrente de un hotel y con varios centros educativos en las inmediaciones, así como el cuartel de la Guardia Civil. Por esta razón, el proyecto ha suscitado un gran rechazo vecinal desde el primer momento en que se tuvo constancia de él, el pasado junio, hasta el punto de crearse una plataforma que ha reunido las citadas 3.000 firmas.

Los vecinos han difundido un escrito en el que recuerdan el «grave e irreparable atentado» que supondría la gasolinera, dado que «al peligro de la proximidad de los depósitos habría que sumar el tráfico de los vehículos para repostar, el de los camiones para abastecer el combustible y los gases nocivos, olores y ruidos que se generarían». Además, denuncian que conllevaría «la ruptura de la tranquilidad que se respira en esta zona del pueblo, habitada por muchísimas familias que asistimos perplejas a lo que se nos viene encima». Los depósitos de la estación de servicio tendrían capacidad para 70.000 litros de combustible.

Juli Tormo, miembro del colectivo, añade que «estamos volviendo atrás» al permitir a los camiones entrar en el casco urbano cuando cada vez se tiende más a trasladar cualquier actividad industrial a los polígonos. Además, recalca que en Cocentaina ya hay otras seis gasolineras, dos de ellas muy cercanas a este lugar, junto al centro comercial l’Altet, que resultan suficientes para atender la demanda del municipio. Además, critica que «el Ayuntamiento no es valiente para reaccionar» y rechazar de manera explícita y pública la instalación, alegando que la licencia que se ha pedido se ajusta a lo que dice la ley.

Un surtidor innecesario

El colectivo vecinal reitera que, pese a que la empresa que promueve la estación de servicio se ampare en dos leyes para pedir la licencia, en realidad no se cumplen ninguna de las condiciones que recoge la legislación para que se creen este tipo de instalaciones. En primer lugar, que no hay «ninguna urgencia» de este servicio en Cocentaina, por la citada existencia de seis gasolineras; pero además, la plataforma argumenta que, al tratarse de una gasolinera de autoservicio, no creará puestos de trabajo y no estará vigilada o custodiada, lo que incrementa la intranquilidad.

A esto se une, añaden los vecinos, que la empresa promotora «ya tiene decenas de gasolineras por todo el territorio estatal, y perfectamente podría prescindir de ésta», la cual «no parece un caso de apoyo a la pequeña empresa o a los emprendedores». Por todo ello, insisten en exigir al Ayuntamiento que rechace este proyecto. En este sentido, Juli Tormo también apunta que en otros lugares de España se han conseguido paralizar iniciativas similares, en circunstancias parecidas a las que se dan en Cocentaina, como en Talavera de la Reina (Toledo) o Tudela (Navarra). En concreto, en la primera ciudad el Ayuntamiento al proyecto de este tipo y la justicia le dio la razón.