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De grifos con sensores a cafetería monitorizada para el campus de Alcoy

La estudiante Ainoa Mataix propone en su trabajo de fin de grado convertir la universidad alcoyana en un espacio «inteligente»

Ainoa Mataix muestra su trabajo de final de grado en el Campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de València. INFORMACIÓN

¿Cómo podría ser el Campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de València (UPV) del futuro? ¿Qué cambios tendría que aplicar la institución? ¿Qué habría que tener en cuenta? Estas son algunas de las incógnitas resueltas por la estudiante del grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE), Ainoa Mataix, en su trabajo de fin de grado.

La estudiante traslada la transformación inteligente que están llevando a cabo algunas ciudades, como es el caso de Alcoy, a la universidad en su trabajo «Análisis de la viabilidad y diseño de propuesta del Campus de Alcoy de la UPV como Smart Campus», el cual fue evaluado por un tribunal con una nota de 10 y matrícula de honor.

Según ella misma explica, «el campus cuenta con un entorno altamente favorable para llevar a cabo su conversión inteligente debido a su naturaleza y técnica». Ahora bien, Ainoa Mataix tiene muy claro que «la emergencia social, económica y sanitaria que ha provocado la pandemia vírica mundial ha llenado de incertidumbre el funcionamiento futuro de los centros universitarios, los cuales deberán llevar a cabo importantes cambios para adaptarse a la nueva normalidad».

La estudiante ha basado su análisis en seis ejes fundamentales: enseñanza, innovación e investigación; comunidad; medio ambiente; bienestar; y tecnología. A partir de ahí ha conformado un modelo que recoge un conjunto de iniciativas para facilitar la conversión del campus tradicional a uno inteligente, y posteriormente ha estudiado su viabilidad.

Ainoa Mataix asegura que se decidió a abordar este tema en su trabajo de fin de grado porque «cada vez son más las universidades españolas que se suman a este nuevo concepto, y por eso quise que el Campus de Alcoy no se quedase atrás». Además, considera que «la presencia de una universidad inteligente puede ayudar en gran medida a la transformación digital y sostenible de las ciudades y, al mismo tiempo, contribuir en la mejora de l bienestar y de la experiencia universitaria de su comunidad». Por otro lado, la estudiante explica que le surgió «la necesidad de acometer el reto de adaptar, trasladar e implementar el modelo de ciudad inteligente a las instituciones académicas».

Crisis sanitaria

Algunas de las iniciativas propuestas por Ainoa Mataix en su trabajo ya han sido implementadas por la UPV ante la actual situación sanitaria. En este sentido, la estudiante destaca acciones en materia de higiene y seguridad, «ya sea mediante la incorporación de sensores en grifos o colocación de puertas automáticas, la monitorización de plazas libres en cafetería y biblioteca con su respectiva publicación de los datos a través de una aplicación para evitar aglomeraciones, la introducción de nuevas tecnologías en las aulas, o bien dar comienzo a un proyecto piloto de abastecimiento energético con paneles solares dispuestos en la azotea de la universidad».

Estado favorable

Según contempla la alumna en el análisis DAFO, el entorno del Campus de Alcoy «es favorable para iniciar una conversión inteligente», y solo identifica las «limitaciones legales acerca de la protección de datos y el uso de información» como amenazas. En cuanto a las capacidades y recursos, «cuenta con espacios habilitados para la investigación, profesorado cualificado, amplia oferta de aplicaciones digitales y excelente atención al usuario».

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