El corte a la circulación de vehículos del puente Francisco Aura de Alcoy complica el tráfico urbano y comarcal esta semana al obligar a dar un gran rodeo para acceder al barrio de la Zona Norte y al Hospital Virgen de los Lirios. El inconveniente resulta especialmente significativo para llegar hasta el centro sanitario, puesto que la mencionada infraestructura constituye el camino más directo hasta allí desde la autovía A-7 y, por lo tanto, desde la mayoría de las localidades del departamento sanitario e incluso desde otros puntos de Alcoy. El alivio es que, si todo va según lo esperado, será una incidencia de corta duración, ya que el puente quedará reabierto el jueves.
Hasta entonces, no obstante, los accesos al hospital y las comunicaciones internas en Alcoy regresan a la situación previa a 2014, cuando se finalizó el puente Francisco Aura, entre los barrios del Viaducto y la Zona Norte, atendiendo una reivindicación de décadas. Es decir, para ir de un extremo al otro no queda más remedio que dar la vuelta por el centro histórico, o dando un rodeo aún mayor por la Beniata y la Alameda si se quiere evitar esa otra zona. Este último recorrido por la antigua travesía de la N-340 resulta obligado para ir al hospital, al igual que hasta hace siete años. La excepción a todo esto son los peatones, que sí pueden pasar por el lugar con normalidad.
El cierre del puente Francisco Aura durante parte de esta semana estaba previsto al iniciarse las obras el pasado 6 de septiembre, como publicó este periódico. La actuación pretende resolver los problemas detectados en el viaducto, que ha asentado más en el terreno en un lado que en el otro. Esto ha provocado una importante deformidad en un punto de la calzada, aunque en principio esto no afecta a la estabilidad de la infraestructura. En todo caso, como también indicó este periódico, si con los trabajos que se están realizando ahora persistiera el problema se consideraría llevar a cabo una intervención de mayor envergadura. Por el momento, se está reparando la junta de dilatación, al tiempo que se reparan las aceras y las barandillas.
Las obras suponen también una complicación importante para el tráfico urbano, ya que aparte del corte en sí se da el riesgo de que el desvío de la circulación genere congestión en el centro histórico. Con todo, ayer al menos no fue así, como pudo comprobar de primera mano este periódico. El concejal de Obras y Movilidad, Jordi Martínez, destacó que durante la jornada no se había producido «ninguna dificultad», salvo algo más de tráfico a primera hora y «un poco de lío para quienes quieren ir a la Zona Norte». Los conductores que desean acceder al hospital desde otras localidades tienen a priori más probabilidad de encontrarse con la sorpresa del puente cortado, ya que el Ayuntamiento viene informando del corte y, además, los trabajos ya comenzaron hace algunas semanas. De todos modos, en la rotonda de salida de la autovía A-7 se ha tapado el pictograma que indica que esa carretera lleva al centro sanitario, y se ha colocado un cartel advirtiendo del corte de la vía más adelante.
Obras a cargo de la Generalitat
El edil de Movilidad confió en que esta actuación sea suficiente para eliminar el bache que se ha generado en la calzada del puente, aunque reiteró que si pasado un tiempo se observa que el problema persiste, se optará por una actuación de mayor alcance. La Generalitat, como ya indicó este periódico, asumirá íntegramente el coste de las obras, tanto de las que se están haciendo ahora como si hubiera que volver a actuar en un futuro. La construcción de la infraestructura corrió a cargo del gobierno autonómico, a través del Plan Confianza impulsado a principios de la década pasada.
El puente se abrió en 2014, poniendo fin a la incomunicación secular que padecían los vecinos del Viaducto y la Zona Norte y ofreciendo un acceso mucho más directo al Hospital Virgen de los Lirios desde la autovía, estrenada apenas tres años antes. Pese a haber aparecido un deterioro en tan poco tiempo, el Ayuntamiento no contempla la exigencia de responsabilidades a la Generalitat, al haber vencido ya la garantía de la obra y considerar que la respuesta del gobierno autonómico ha sido la adecuada, al aceptar la ejecución de las obras sin repercutir ningún coste al municipio.
