La variante de Benimarfull en la carretera CV-700, anunciada por primera vez hace ya casi dos décadas y que el pasado verano se comprometió a ejecutar la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, parece ir aún para largo, según se desprende del borrador de los presupuestos de la Generalitat para 2022. La construcción de la obra podría demorarse hasta al menos 2025 si, tal y como es previsible, el gobierno autonómico espera a tener completamente sufragada la redacción del proyecto para licitar, adjudicar y luego ejecutar los trabajos.
El trámite aparece reflejado en la previsión de las cuentas autonómicas dada a conocer esta semana, con un importe de 129.790 euros, lo que confirma el anuncio que realizó en agosto el conseller Arcadi España tras reunirse con el alcalde de Benimarfull, Carlos Montava. Sin embargo, la redacción del proyecto aparece dividida en tres anualidades, con solo 33.170 euros consignados para el próximo año y dejando para 2023 el grueso, 84.670 euros, y aún quedarían otros 11.950 para el ejercicio siguiente. Así, las obras previsiblemente todavía tardarían al menos tres años en comenzar. Cabría considerar, eso sí, la posibilidad de que antes el proyecto estuviera redactado aunque no del todo sufragado, y eso pudiera repercutir en un adelanto en la obra.
En cualquier caso, aún deberá pasar tiempo hasta que el tráfico de paso desaparezca del casco urbano de Benimarfull. La travesía es un punto conflictivo en la red viaria de El Comtat por su estrechez, que obliga a regular la circulación con semáforos. Pese a sus poco más de 400 vecinos, se trata de un municipio industrial, por su cercanía a Muro y a la A-7, y buena parte de esta actividad está al este del pueblo, lo que hace necesario atravesarlo. También es obligado el paso para llegar a otras localidades como Planes y Benillup. En 2019, este tramo registró un tráfico diario de 2.368 vehículos, según datos de la propia conselleria.
