Algún problema hubo con su segundo apellido, ¿cree que ese fue el desencadenante?

Cambié mi segundo apellido a raíz de una sentencia de adopción cuando murió mi madre biológica, y la lentitud de la administración en este trámite y que tampoco yo he estado encima provocaron esta tonta confusión, pero que por eso te obliguen a desnudarte, es desproporcionado.

¿Lo achaca entonces a su defensa del feminismo?

A mis preguntas, las dos policías me repetían que estaban aplicando el protocolo, no sé más. Yo traté de quitar hierro comentando que mi tanga no era el más adecuado, porque te sale la vena madre al ver a la policía más jovencita violentada -que luego me agradeció mi colaboración, aunque le advertí que lo denunciaría-. Pero fue humillante que me acompañara después la otra policía a la tribuna todo el tiempo, y eso me hizo pensar que me habían investigado, tan sencillo como entrar en google, porque yo ya no llevaba nada en los bolsillos.

¿Qué fue lo peor?

Que siguieran vigilándome en la tribuna. Solo llevaba un paquete de pañuelos, las gafas para ver, la chapa para recoger el bolso y la tarjeta de invitada. Ya no quedaba casi nadie, los escaños estaban casi vacíos y solo acudí para hacer tiempo para comer con unos conocidos del grupo socialista.

Dice que va a denunciarlo. ¿De qué forma?

La fundamentación la tengo clara, pero los motivos para articularla no tanto, porque es algo fuera de lo común. Voy a presentar un escrito de queja al presidente del Congreso, y denunciar a las dos policías y al máximo responsable de la Cámara que supuestamente ha determinado las medidas de control.