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Los residentes de Medicina Familiar deben pasar un mes en centros rurales

Los residentes de segundo año de Medicina Familiar y Comunitaria están obligados a rotar un mes en un consultorio rural. «Esta experiencia es fundamental, aquí puedes ver y practicar la medicina pura y dura», relata Beatriz Soria Navalón, residente destinada este mes a La Torre. «Este trabajo representa una gran satisfacción personal, aquí disponemos de nuestros conocimientos, nuestro ojo clínico y nuestras manos, las pruebas son complementarias, pero en un entorno rural puedes de verdad aplicar la medicina pura y dura», subraya la residente. La doctora Soria apunta, además, que la Medicina Familiar es una «especialidad poco valorada por los propios profesionales», pero, reivindica su «gran papel como primer filtro en la atención sanitaria». «Creemos que la formación rural es indispensable para los residentes, en su estancia realizan labores para la comunidad, como jornadas o talleres. Identifican cuáles son las necesidades de la población y ofrecen unas pautas para intentar cubrirlas», explica la responsable de las actividades comunitarias de la Unidad Docente de Medicina Familiar, Patricia Crespo. m. f.

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