La decisión de ayudar a familias necesitadas por parte de estos tres establecimientos surgió a raíz de ver a un niño preguntando a sus padres si podrían cenar esa noche, algo que conmovió a David Galvañ animándole a abrir las puertas de su restaurante dos días a la semana y una hora antes de que acudan habitualmente sus clientes para tener más espacio «y porque creímos que era una buena hora para los niños antes de volver al colegio». A la idea de David se unieron Paco y Javier, dueños de dos cafeterías vecinas que decidieron, por su parte, dar café y meriendas a los niños. La iniciativa de estos tres establecimientos alicantinos ha recibido numerosas muestras de apoyo de ciudadanos alicantinos pero, por el momento, no ha tenido la respuesta esperada.
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