La natalidad en la provincia ha retrocedido a valores de hace diez años debido a la crisis y a los cambios en los hábitos sociales que se han ido produciendo. Así lo ponen de manifiesto los distintos datos de movimiento natural de la población que el Instituto Nacional de Estadístca (INE) publicó hace unos días, y que muestran cómo el número de nacimientos desciende de forma continua desde que la coyuntura económica es negativa. Al mismo tiempo, la maternidad es cada vez más tardía y la fecundidad es menor, lo que contribuye a acelerar la bajada del crecimiento demográfico natural.

A lo largo de 2012 se registraron 16.677 nacimientos en los municipios alicantinos, una cifra inferior a la del año 2003. Hace una década, la natalidad se encontraba en alza, impulsada por efecto de la inmigración -las mujeres extranjeras eran por lo general más fecundas- y una situación económica favorable. El techo se alcanzó en 2008, con la llegada al mundo de 20.202 niños y niñas; se lograba de esta forma remontar a datos similares a los de un año tan lejano como 1979. Sin embargo, desde que comenzó la crisis el número de nacimientos ha descendido en un 17% y, a la vista de la situación actual y del avance de datos del primer semestre de 2013, no parece que la tendencia vaya a cambiar a corto plazo.

La incidencia de la coyuntura económica sobre la natalidad es muy elevada, por una cuestión tan obvia como la inversión que implica el hecho de mantener un hijo, y que no todas las familias están en situación de mantener en estos momentos. Por ello, no resulta extraño que el crecimiento natural de la población alicantina -y del conjunto de España también- comenzara a ralentizarse precisamente a partir de 2009. En esto también influye la marcha de muchas personas extranjeras a sus países de origen, junto con las dificultades de tipo económico que, como cualquier otro ciudadano, puedan tener todas aquellas que se quedan en España.

De forma paralela, no se han detenido procesos como retrasar la maternidad a edades cada vez más avanzadas, sino más bien al contrario. Según el INE, la edad media de las madres primerizas alicantinas en 2012 fue de 29,88 años, uno más que antes de comenzar la crisis. La tónica general de este índice es creciente desde que hay registros disponibles -el dato más antiguo es de 1975, con 24,91 años-, pero en el último lustro se ha producido un notable aumento de la edad media de las madres alicantinas que tienen su primer hijo. Desde 1998, y durante toda una década, el dato estuvo prácticamente estancado en torno a los 28,7 años.

Progresivo envejecimiento

Otro proceso que sigue adelante es el del envejecimiento, debido a que la cifra de defunciones es cada vez mayor. Este fenómeno tiende a acelerarse en los últimos años al haber menos nacimientos. Así las cosas, la media de edad de los alicantinos se sitúa ya [datos de 2012] en 40,80 años los hombres y 42,75 las mujeres. Un 18,03% de la población tiene más de 64 años, algo por encima de la media nacional, que es del 17,36%.

Por otra parte, el crecimiento vegetativo es cada vez menor y el saldo podría llegar a ser negativo a finales de este año. En el primer semestre de 2013 hubo 230 defunciones más que nacimientos en la provincia, pero desde el INE señalaban hace unos días que, por lo general, durante el segundo semestre de cada año nacen más niños y hay menos muertes, por lo que no se espera, para el conjunto del país, un dato negativo. Este fenómeno todavía no se ha producido nunca en la provincia de Alicante en época reciente.