Los votos en contra de los tres grupos de la oposición no fueron obstáculo para que el pleno municipal diera el visto bueno provisional al presupuesto municipal para 2014 gracias a la mayoría absoluta del PP. Unas cuentas que ascienden a 236 millones, un 7 por ciento menos que el pasado año y con una inversión de apenas 5,2 millones, una de las más bajas que se recuerda. Baste decir que no hay ningún gran proyecto nuevo y que la partida más elevada es de 1,1 millones para completar el parque de Bomberos.

Las dos horas y media de debate del pleno del presupuesto celebrado ayer se convirtieron en un diálogo de sordos, con el PP defendiendo las cuentas municipales contra viento y marea, frente a las duras diatribas de la oposición, especialmente de PSOE y EU. Algunos momentos del debate se acompañaron con los ecos de las voces de los trabajadores del trasporte público que coreaban frases de protesta frente al Consistorio.

Fernando Llopis, portavoz de UPyD, no pudo contener un «y fueron felices y comieron perdices» cuando el PP ensalzaba las bondades del presupuesto. Llopis criticó que para la inversiones se destinen «migajas» y que se financien obras en un instituto que corresponden al Consell y a un club de baloncesto que no está en la primera categoría mientras se olvida la Explanada y la plaza de los Luceros.

Las intervenciones de Miguel Ángel Pavón, por EU, fueron especialmente críticas con el PP, y especialmente con la alcaldesa, recurriendo constantemente a términos como «presupuesto ruinoso», «gestión desastrosa», «legislatura aciaga», «fracaso económico», «actuación nefasta» y «carácter antisocial». También se prodigó en acusar a Sonia Castedo de favorecer los beneficios de «las grandes empresas incluyendo a su amigo Enrique Ortiz». Tampoco ahorró dicterios para criticar el recorte que sufre su grupo en asesores y para denunciar que se hayan rechazado todas sus enmiendas al presupuesto.

Por el PSOE, su portavoz, Miguel Ull, criticó especialmente la reducción en asistencia social, «de 800.000 euros en dos años», y tildó el presupuesto de «antisocial». Calificó de «insulto a la inteligencia» que con una partida de mil euros el PP pretenda reparar el colegio Manjón-Cervantes, y recordó que se aprueba el presupuesto cuando aún se desconoce la respuesta del Ministerio de Hacienda al plan de ajuste. Ull dijo que estamos ante los presupuestos «de la deuda, ya que cada ciudadano alicantino debe 550 euros» en gastos financieros e intereses bancarios, y apostilló que «hablar de presupuestos saneados con 240 millones de duda, no se entiende».

Juan Seva, por el PP, se las vio y seseó para combatir la lluvia de críticas de la oposición. El edil de Hacienda acusó a EU de mentir al no presentar el presupuesto alternativo que anunció y les espetó que sólo estar preocupados «por los sueldos de sus asesores». Recalcó que se ha visto forzado a rechazar las enmiendas de la oposición porque «están mal planteadas y afectan a partidas intocables», como las referidas a contratas ya aprobadas y firmadas. Seva aseguró que hay 9 millones para servicios sociales para atender las necesidades de los alicantinos e insistió en que frente al «catastrofismo» de la oposición, las cuentas municipales están «equilibradas» y «saneadas».

También intervinieron ante el pleno el colectivo de nueve asociaciones y la de Benalúa-Templete para rechazar el presupuesto por falta de participación y por no atender a las prioridades de los barrios.