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Dos horas de espera

Los usuarios se indignan ante los retrasos en las paradas, mientras la mayor presencia de coches ralentiza el tráfico

Dos horas de espera PILAR CORTÉS

La mayoría de usuarios entiende que los trabajadores recurran a la huelga para preservar el servicio y sus puestos de trabajo, pero, tras más de una hora esperando en la parada sin saber cuándo llegará el autobús, a más de uno se le van los nervios. «Siempre pagamos los mismos. Al final, los usuarios somos los perjudicados», señalaba ayer una señora que aseguraba haber esperado casi dos horas para coger el 22 que va de Alicante a la Albufereta mientras en una parada, junto al Mercado Central, una docena de usuarios se iban indignando conforme pasaban los minutos sin que nadie supiera muy bien cuándo iba a aparecer su autobús. «Y eso si para. Esta mañana yo he intentado coger uno y ha pasado de largo porque iba lleno», señalaba un hombre en la misma parada mientras miraba los indicadores luminosos que hacía rato habían dejado de señalar los minutos que faltaban para la llegada de su autobús. Y es que la falta de información provocó ayer muchas de las quejas de los usuarios. «Yo esta mañana he estado una hora en la parada de la cabecera del autobús de Juan XXIII de la Línea 1.

En la web según los servicios mínimos se señalaba que había uno a las 9.44. Yo estaba allí a las 9.40 pero el autobús, aunque estaba allí parado, no ha salido hasta las 10.17», señalaba Tania, una joven que utiliza diariamente el autobús para ir a su trabajo y que, al preguntar al conductor por los motivos del retraso, se encontró con un: «No se fie de los horarios de la web mientras dure la huelga». Ihintza, otra joven que se desplaza diariamente de Mutxamel a Virgen del Remedio donde estudia, narraba que «normalmente hago el recorrido cogiendo dos líneas en 45 minutos. Hoy llevo una hora y media y aún no ha venido el bus para volver a casa». Mientras, a su lado, un estudiante italiano le echaba flema a la cosa afirmando que «no me parece raro que haya una huelga. Seguro que cuando vuela a Italia me encuentro con algo parecido».

Los usuarios no dejaban de quejarse en cualquier parada. Unos llevaban esperando «sólo desde hace 15 minutos porque acabo de llegar», pero otros hablaban de hora y media o dos horas. Todo ello pese a los servicios mínimos de un 40% durante las horas punta y de un 30% el resto de la jornada. Así, por ejemplo, la línea 23 que une Alicante con el hospital de San Juan y Mutxamel tiene habitualmente 116 salidas y ayer sólo contó con 35, un 30% que resultó insuficiente para la demanda habitual de viajeros que no cuentan con la alternativa del tranvía como en otros tramos. Y esto sólo el primer día de un paro convocado hasta el 27 y que promete acabar con la paciencia de cualquiera.

La huelga también ralentizó ayer el tráfico sobre todo en el centro y en el puerto ya que muchos optaron ayer por coger en coche ante el anuncio del paro.

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