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Los robots entran en el restaurante

Alumnos de instituto diseñan inteligencias artificiales con vocación de camarero

Un robot tiene diferentes caminos y debe decidir el óptimo para llegar a meta. Parece sólo un juego de la competición de máquinas competición de máquinas que se celebró ayer en el Campus alicantino pero las aplicaciones del prototipo diseñado por dos doctores en Robótica en la Universidad de Alicante, fuera de la ficción, pueden ser muchas: desde mejorar la automatización de los sistemas de producción de la industria prescindiendo de la mano de obra humana a modernizar los servicios de restauración, convirtiéndolos en camareros, como ya se ha probado en Japón.

Cada vez son más las aplicaciones de la robótica, desde el hogar, con los aspiradores inteligentes o los robots de cocina; a la búsqueda de víctimas de accidentes y de averías en las conducciones de agua; al control de la flora y la fauna terrestre y marina gracias a los drones; a la medicina, ayudando a los cirujanos; a los científicos, en la prevención de tsunamis o incendios; e incluso al comercio, ya que hay universidades y empresas en España que están probando robots en supermercados. Atienden al público con datos y con voz, les indican los productos más adecuados para una dieta, les cobran con tarjeta y colocan la mercancía, como explicó el profesor de Robótica de la Universidad, Santiago Puente. «Cuando los quitaron, los clientes se quejaban», dijo.

El prototipo que puede seguir un itinerario determinado como haría un camarero, diseñado por los alicantinos Iván Perea y Javier Pérez, es uno de los tres que compitió con las máquinas creadas por un equipo de cinco alumnos de Tecnología Industrial del instituto María Blasco de San Vicente del Raspeig junto a sus profesores. Los robots también lucharon y participaron en un circuito de velocidad. Si Pérez, doctor en Robótica, ha diseñado ya más de quince máquinas, María Segura, de 16 años y alumna del IES María Blasco, que da sus primeros pasos en esta disciplina, sobre todo se divierte haciendo «maquinitas». Le asombran las aplicaciones de la inteligencia artificial en la sanidad. «Ahora están incorporando máquinas con instrumentos de precisión para operar a distanciaoperar a distancia. No sustituyen al cirujano y siempre hay alguien que supervisa, pero facilitan la intervención».

La prueba amateur de robótica contó como testigos con un centenar de alumnos del María Blasco y del Cabo de las Huertas que se preparan para competir en Valencia en mayo. La actividad se enmarca en el mes cultural de la Politécnica, que incluye exposiciones, observaciones de satélites y una competición de hackers.

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