Cáritas destinó el año pasado 4,6 millones de euros para atender a casi 76.000 personas pobres en la provincia de Alicante. Esta cantidad supone 500.000 euros más respecto al año anterior, debido al empeoramiento de la situación de estas personas. Y es que, pese a que el número de beneficiarios se ha descendido levemente -900 personas menos respecto a 2014- «las necesidades de estas se han incrementado porque las prestaciones se van terminando, la red familiar se agota y los subsidios se terminan», explicó ayer le presidente de Cáritas en la provincia de Alicante, Jaime Pérez.

El 73,22% de los fondos se ha destinado a acogida y asistencia a personas en riesgo de exclusión social, mientras que un 9,96% (515.191,81) ha ido a parar a la intervención con colectivos vulnerables (mujeres, jóvenes, mayores, enfermos de SIDA). El resto de los ingresos se reparten entre empleo e inserción socio-laboral, animación y acción en territorio, formación, comunicación y sensibilización, cooperación internacional y administración, gestión técnica, seguimiento sobre el terreno y evaluación.

En cuanto a la procedencia de los recursos económicos cabe destacar que en un 72,43% llegan desde el ámbito privado, colectas y donaciones, unos 3.356.627,33 €, mientras que el resto, 1.277.794,98, son públicos, representando el 27,57% del total.