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Susurrar a los caballos puede convertirte en un mejor jefe

Susurrar a los caballos puede convertirte en un mejor jefe

La Hípica de Tibi recibe semanalmente a directivos y profesionales que aprenden liderazgo

Los caballos ayudan a forjar líderes caballos líderes y a mejorar las estrategias de los jefes y quienes lideran equipos con sus subordinados. Es un plano distinto al de las charlas de los coach que arengan a quienes buscan seguridad o afianzarla con discursos, ahora se pasa a la acción y el caballo es el instrumento que unos profesionales de la motivación consideran que es único para desarrollar habilidades imprescindibles para mandar y no morir en el intento.

La metodología parte de la base de que los caballos sólo aceptan a líderes en su manada. No siguen a cualquiera y lo hacen a aquellos que con serenidad, sin agresividad y sin presión les inspiran confianza. Así, entre las montañas y en la Hípica de Tibi se ayuda a forjar líderes.

Es viernes y quince personas conviven en la hípica. Tres de ellos son profesionales en una empresa aeronáutica de Murcia, hay ingenieros de empresas de plástico, mandos intermedios de una consultora y hasta el directivo de una empresa que tiene que bregar con la mayor parte de su familia en la plantilla.

Las pruebas con los caballos se diseñan según los objetivos que se quieren lograr, previamente se realizan un diagnóstico personalizado para ver qué aspectos del liderazgo se deben potenciar. Para lograr una comunicación empática el empresario recorre un circuito de obstáculos con los ojos vendados y guía al caballo mientras sus compañeros le dan instrucciones. Otra prueba es lograr una estrategia común para que un equino entre en un recinto sin tocarlo y sin darle comida.

Carmen Ojeda, responsable de Horse&Coach, pide a los participantes que se acerquen al caballo y le cuenten qué necesitan mejorar; y a continuación, cómo solucionarlo. Los participantes terminan la actividad muy impresionados por el resultado. «Estoy alucinado porque es verdad que transmiten y he descubierto que ese primer contacto no quiero que sea muy autoritario, quiero que sea más amigable», destaca Santiago Piñero sobre el objetivo que se plantea para tratar con sus subordinados. «Esa docilidad que Luna te ha transmitido la tienes dentro y la puedes sacar», le explica Carmen Ojeda sobre la reacción de la yegua, «para tratar con la gente apaga esto -dice tocándose la cabeza- y enciende esto -señala al corazón. Te saldrá una orden de otra manera». Tras hacer el ejercicio, Jonatan Patiño reconoce que a partir de ahora recapacitará más a la hora de dar una orden e Isabel señala «no voy a imponer ni exigir a mi equipo». Donde no han logrado éxito es en la prueba para que el caballo vaya a un recinto. La estrategia no ha funcionado porque había una imposición de ideas y la que era buena finalmente no fue escuchada.

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