El comité de empresa de la Aludium, acompañado por el concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, han presentado un escrito en la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar en Alicante exigiendo una limpieza urgente de cauce del barranco de Agua Amarga, que la falta de limpieza ha vuelto convertir en una selva y hoy, en plena sequía, es un polvorín en caso de originarse un incendio forestal. Las cañas, los matojos y la suciedad acumulada en el barranco de Agua Amarga suponen también un peligro en caso de gota fría por el riesgo de taponamiento en los puentes, y el propio desbordamiento el agua de su cauce, tal como sucedió en 1982.

Fecha trágica en la memoria de todos los alicantinos por las inundaciones que sufrió el barrio de San Gabriel y la propia factoría de Aludium, antigua fábrica alicantina de aluminio. Algo que pudo volver ocurrir en 2009, en otro episodio de lluvias fuertes. El tapón se deshizo a tiempo y no hubo daños. Un año más tarde el barranco se limpió.Los barrancos que no fueron canalizados con el plan antirriadas de 1997 se llegan puntualmente de maleza y suponen un riesgo en caso de que se produzcan lluvias fuertes sobre los cauces.

La Confederación Hidrográfica del Júcar ya rechazó en su día una oferta de la empresa para limpiar por su cuenta el barranco de Agua Amarga, advirtiéndole, además, de que si acometía la limpieza del cauce sin autorización se ateniera a las responsabilidades que se le puedan exigir en caso de el barranco agrave los efectos de una riada. Lo cierto es que la situación en torno al barranco de Agua Amarga no es nueva cuando de plantear soluciones a la Confederación Hidrográfica del Júcar se trata. El Ayuntamiento de Alicante está dispuesto a acometer la limpieza por su cuenta pero necesita el permiso de la Confederación.