La niña rescatada en Luceros se apoyó en el centímetro que sobresale de la ventana
Los bomberos han relatado que la niña al ver que estaba sola y no podía salir se asustó y pensó: 'Por aquí me escapo a la calle' - Los vecinos habían puesto colchones en el suelo antes de que llegaran los efectivos
Los bomberos del Servicio de Prevención Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) del Ayuntamiento de Alicante han relatado este jueves que la niña de cinco años rescatada anoche cuando colgaba de un ventanal de un séptimo piso de la plaza de Luceros, explicó que al despertarse "estaba sola" y "como vio no podía salir a la escalera, se asustó, y pensó: 'Por aquí me escapo a la calle'". La menor estaba enganchada al ventanal por los brazos y apoyada por los pies "en el centímetro" que sobresale del marco de la ventana, a unos 21 metros del suelo.
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No obstante, el sargento del SPEIS, Adrián García, que participó en el operativo, ha destacado que, a pesar de todo, la menor "estaba muy bien y tranquila" y que solo fue consciente de que algo "pasaba" cuando vio los "rotativos de los coches patrulla".
En atención a los medios, García ha explicado que los equipos del SPEIS tardaron menos de un minuto en llegar a la céntrica plaza tras recibir el aviso del 112 de la Generalitat.
El suceso se registró sobre las 22.15 horas de ayer miércoles cuando los transeúntes de la plaza descubrieron a la niña completamente fuera del ventanal, en el séptimo piso del número 13, y cogida al marco de aluminio y apoyada por los pies en el pequeño saliente de la ventana. La madre ha sido detenida por la Policía y se le imputa un delito de abandono mientras que la menor está bajo custodia de su padre, ya que la pareja está separada.
Al parecer, según ha relatado García, la menor salió al ventanal al despertarse y ver que estaba sola en la casa. La niña quiso abandonar la vivienda y al ver que la puerta blindada estaba cerrada, optó por salir a la calle por el ventanal que da a la plaza. Según ha estimado, la menor estaba a una altura de unos 21 metros sobre el suelo.
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Descalza sobre el ventanal
García ha relatado que la niña estaba "enganchada" a la puerta corredera del ventanal y apoyada "con el borde del pie --descalza--, en el centímetro que sobresale de la cristalera". "Estaba en mucho peligro", ha incidido el Sargento del SPEIS que ha concretado que se inició el rescate colocando un gran colchón en el suelo para amortiguar la posible caída, al tiempo que otro equipo intentaba entrar a la vivienda por la puerta, "pero no se pudo".
Además, en paralelo, desde la escalera mecánica dos bomberos accedían hasta la menor "siguiendo la fachada para que si caía pudiese caer sobre la cesta. Se llegó hasta ella sin problemas".
"Desde el aviso del 112 hasta que llegamos no llegó a un minuto, pero no sabemos si la gente llamó enseguida o se quedaron mirando, porque cuando llegamos nos encontramos con unos vecinos con una sábana, otros tirando colchones de dormir para el suelo y muchos mirando", ha detallado y ha recordado que "con el peso de la niña y la altura, si cae y golpea a alguien mueren los dos".
Adrián García ha comentado: "la niña es muy simpática y agradable a la que hemos invitado a visitar al parque". Además, ha señalado que se trata de situaciones normales que se suelen dar en incendios, cuando la gente huye de las llamas. Asimismo, ha añadido que "no hace mucho" se rescató a un bebé de una cornisa en la Rambla Méndez Núñez, esquina con San Fernando.
La madre, detenida
Desde el SPEIS se ha confirmado que la madre de la menor fue localizada a través de una amiga, y que ambas se mostraron "muy asustadas", aunque la mujer declaró, tras llegar al lugar poco después de finalizar el rescate, que estaba en el gimnasio.
La Policía Nacional la detuvo por un delito de abandono y la niña está ahora bajo la custodia de su padre biológico, ya que la pareja está separada.
Sobre la madre no constan denuncias previas y previsiblemente pasará a disposición judicial a lo largo de mañana viernes. Los agentes de la Policía Nacional accedieron al interior de la vivienda, en un primer momento, para comprobar si a los padres les había sucedido algo.
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