La entrada de una bolsa de aire sahariano en la provincia va a provocar que la semana sea muy estable y un anticipo del verano, ya que se van a superar temperaturas máximas de 30 grados hasta el domingo. El aire será seco y, una semana más, ni rastro de la necesarias lluvias que esta primavera han dado la espalda a la provincia de Alicante agudizando los problemas que genera la sequía. En Mutxamel, Elche, Novelda y Orihuela se alcanzaron ayer los 35 grados y San Vicente se llegó 32 grados. En Alicante el mercurio subió hasta los 28 grados. Hoy bajan las máximas pero habrá sensación de bochorno por el alto grado de humedad.

El calor no solo va a ser protagonista en tierra firme, sino que también el mar está notando el cambio climático como lo demuestra que la temperatura del mar esté ya en los 23 grados, dos más de lo normal en junio, propios del mes de julio, según apunta Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. De cara al verano, las previsiones anuncian unos meses de julio y agosto «templados» y sin grandes golpes de calor.

La primavera más seca de los últimos 150 años ha vuelto a encender, por otro lado, todas las alarmas en la provincia de cara al abastecimiento de agua a partir del otoño, esta vez para consumo urbano, porque al cierre del trasvase Tajo-Segura se suma el que solo está garantizado el suministro hasta finales de octubre si no llueve sobre la cabecera del Tajo.

Las desaladoras no pueden suplir al cien por cien la falta del trasvase. El pasado mayo fue muy seco (en la mayoría de los municipios alicantinos no cayó un sola gota de agua) y, además, cálido con una temperatura media de 19 grados, dos por encima de lo normal. Los que peor lo tienen siguen siendo, sin embargo, son los agricultores que se han enterado, además, que el agua de la desaladora de Torrevieja cuesta 0,5 euros el metro cúbico.