Las calles de la ciudad se recuperan poco a poco de las fiestas

Alicante barre los vestigios de las Hogueras desde la pasada madrugada con un operativo especial de 145 trabajadores que limpian sin descanso las calles de la ciudad junto con las barracas y racós, encargadas de su propio desmontaje.

La Concejalía de Medio Ambiente y Seguridad estima que la normalidad absoluta vuelva a la ciudad "en un par de días". El edil Víctor Domínguez afirmaba que habían reforzado la plantilla con 100 personas y 250 contenedores extra para este cometido. "La idea era que lo más voluminoso quedara recogido antes del mediodía y así ha sido", se congratulaba. No obstante, una de las principales amenazas del proceso de saneamiento de la ciudad es que el día posterior a la cremà haya sido un domingo. "El desarme de las barracas y racós no depende de nosotros, sino de empresas privadas que al ser festivo puede que no trabajen", se lamentaba Domínguez.

Alicante amanecía esta mañana todavía con restos de fiesta y los coches que circulaban por la avenida Alfonso el Sabio debían sortear los tres carriles con dirección a la plaza de los Luceros e invadir el sentido contrario para continuar la marcha. Unas de las zonas con peor aspecto era el párking de una playa del Postiguet repleta de bañistas desde primera hora de la mañana. Por su parte, el mercadillo de antigüedades del Ayuntamiento sí que se vio mermado en cuanto a número de puestos y curiosos, pese a que la plaza del Consistorio estaba impoluta.

Conforme avanzaba la mañana la suciedad iba desapareciendo y ninguna calle del centro de la ciudad permanecía cerrada al tráfico. Hasta el martes se irán recogiendo las vallas apiladas que aún adornan los paseos de Óscar Esplá, Federico Soto y Doctor Gadea, así como los baños portátiles de las barracas, que el año pasado estuvieron más de 4 días sin ser transportados. "Esperemos que este año su desalojo sea mucho más rápido", comentaba el edil Víctor Domínguez. La retirada de lonas publicitarias también ha comenzado y para ello se ha precisado en varios puntos el uso de grúas, como en el caso de la calle Pinoso, sede de la hoguera Carolinas Altas, que desde bien pronto trataba de devolver la calma al barrio.