Rosa Espasandín lleva la parte «ingrata», como ella misma dice, de la hoguera, ya que es la cobradora, «aunque también soy ponedora de mantillas. En el llibret aparecen unos cargos pero todos hacemos de todo porque esto es un equipo», explica. Pese a ir piso por piso a cobrar, se siente cómoda. «En el barrio te conocen de toda la vida, no supone tanto esfuerzo, no es lo mismo que ir a una escalera donde nadie sabe quien eres». Rosa ha sido también delegada de Infantiles, y el 80% de los niños que tuvo es ahora «la gente joven» de la hoguera, que califica de democrática. «A mi una fiesta que se hace por decreto no me gusta».

María Jesús está en la comisión desde 2007. Incluso en la época en que se desvinculó porque su hija estudiaba fuera, ella seguía al servicio de Nou Alipark sin llegar a estar inscrita. «De las Hogueras me gusta todo. Soy de las que hacen la Ofrenda llorando, lo mismo que en la cremà, y en la plantà estoy la última, se me hace de día porque me gusta vivir y no perderme esa parte interna de la Fiesta».

Pepi García suele llevar el estandarte en la Ofrenda. Sevillana, nunca antes había estado en Hogueras pese a que le encantaba ir a ver los desfiles. Pero se apuntó en esta comisión «familiar y entrañable», con su hija Pilar, que salió Dama del Foc. «Fue muy emocionante».