Isabel González es licenciada en Administración y Dirección de Empresas (ADE), técnica en Administración de Empresas Turísticas. Nació en Gijón pero hace ya unos años que dejó su Asturias natal arrastrada por sus compromisos con Meliá, cadena en la que lleva diez años. A Alicante ha llegado desde el Paradisus Punta Cana, en la República Dominicana. «No creo que el Caribe se un competidor de la Costa Blanca porque estás enfocado al turismo de EE.UU y Canadá». Ha sido subdirectora de Los Galgos en Madrid.
Llega a Alicante desde el Caribe y a un hotel que combina turismo convencional con el propio de una ciudad de servicios. ¿Un cambio complejo?
Es un cambio importante como dice, pues paso de un resort «todo incluido» a un hotel como Meliá Alicante, que combina perfectamente el segmento de ocio con el de negocios, situado en el centro de la ciudad en un enclave privilegiado. Ya había trabajado anteriormente en un hotel mixto, como fue Meliá Sitges hace unos 6 años.
¿Qué le ha parecido Alicante en las semanas que lleva en la ciudad? ¿La conocía?
Había estado anteriormente en Alicante como turista y había disfrutado de su gastronomía en la zona del puerto, concretamente, pero no había tenido el placer de disfrutar de la ciudad y conocer sus calles. Por ese motivo, nos hemos instalado en el centro de la ciudad, cerca de la Rambla, de la Explanada, del casco antiguo, de Maisonnave. Estamos disfrutando de la vida de Alicante. Me sorprende muy gratamente el dinamismo de la ciudad, así como su vitalidad.
El Meliá es como una pequeña ciudad muy particular. ¿Es el más grande que ha dirigido?
Es cierto que Meliá Alicante, con sus 545 habitaciones es más grande que algunas pequeñas poblaciones españolas. Ahora, en temporada alta, entre clientes y trabajadores, llegamos a ser aproximadamente 1.300 personas. Cierto que es el hotel más grande que he dirigido comparando número de habitaciones. Vengo de República Dominicana, donde como hotel manager dirigía dos unidades de negocio que tenían 382 habitaciones aunque las áreas comunes eran más amplias, pues contaban con una amplia zona ajardinada, varios restaurantes, piscinas, club infantil...
El sector turístico es el que mejor ha aguantado la crisis, o eso dicen los expertos. ¿Estamos saliendo del bache?
Estamos bastante contentos con la evolución de la demanda, tanto a nivel de precios como de ocupación. Los resultados son positivos. Confiamos y trabajamos para que la tendencia se mantenga el resto del año.
¿Es muy diferente dirigir un hotel urbano de uno vacacional cien por cien como los de Punta Cana?
Es evidente que el tipo de cliente es diferente pero, al fin y al cabo, el objetivo es el mismo: dar un buen servicio que se traduzca en que la experiencia del cliente sea satisfactoria y, si es posible, podamos superarla para poder contar con su repetición o su recomendación y todo ello con un criterio de respeto y de trabajo en equipo.
¿Cómo fue el cambio? ¿Pidió volver a España?
Cuando nos movemos fuera de España siempre parece que estamos esperando la oportunidad de regresar de nuevo. En mi caso, estaba muy contenta en Punta Cana con el equipo de trabajo que formamos. Obteníamos muy buenos resultados, tanto económicos como de calidad, pero surgió la oportunidad de Alicante. Todos sabemos de la importancia de nuestro hotel en la ciudad y en nuestra compañía. Era una oportunidad única y confiaban en mí.
La Costa Blanca es un destino típico de sol y playa. ¿Cree que el Caribe es un gran rival para nuestro producto?
No, no lo creo. El Caribe está mucho más orientado al turismo norteamericano (Estados Unidos y Canadá) además de para un incipiente turismo latinoamericano, sobre todo dada la cercanía y las frecuencias aéreas. Nuestros principales mercados emisores actualmente, son los países nórdicos y Reino Unido, países que apenas cuentan con vuelos hacia el otro lado del charco.