Disgustado e indignado. Así está el rector de la basílica de Santa María, Antonio Vivo, a causa de la desaparición de la placa de cerámica de la Santa Faz que llevaba 18 años en una fachada de la plaza del Topete, algo muy criticado además por los vecinos del Raval Roig. Vivo apeló a la buena voluntad de quien se la haya llevado para que la devuelva por la devoción que había despertado en el barrio esta imagen, que llevaba en el lugar unos 18 años, ya que se colocó a la misma vez que otra similar que hay en la fachada lateral de la basílica en la calle Villavieja. Ambas, según explicó el sacerdote, eran obras del ceramista de Mutxamel Vicente Mora, en el caso de la desaparecida en color verde mar, y estaba protegida por una pequeña reja.
«Fui al Raval Roig y vi que habían derribado el edificio donde estaba la Santa Faz y que la placa había desaparecido. Siendo una obra de devoción pública, y protegida por una reja que hizo un forjador, imagino que el encargado de la obra y los trabajadores llevarían cuidado durante el derribo, y supongo que la tendrán ellos», afirmó Vivo, que hace un llamamiento para su devolución antes de presentar una denuncia. Sin embargo, algunos vecinos aseguraron a este diario que la Santa Faz se rompió al quitarla.
Sea como sea, el rector de Santa María pide la intervención del Ayuntamiento, que dio el permiso de derribo, y la mediación del edil Miguel Valor, que vive en la zona, para que la imagen aparezca.