Mamparas, mascarillas, gel y roll up o soportes transparentes a modo de biombos para separar en el examen oral a los dos alumnos que intervienen en el diálogo. Son medidas que ha implantado la Escuela de Idiomas de Alicante en sus aulas para acoger las pruebas de certificación de lenguas, que empiezan hoy, y a las que se suma, esta tarde, la presencia de policías locales y miembros de protección civil para contribuir al control del acceso al centro evitando aglomeraciones.
Aunque desde la dirección del centro, en la calle Marques de Molins, aseguran que el alumnado sabe a qué hora debe acudir, de forma escalonada para evitar la confluencia de personas en la entrada, el volumen de aspirantes de las pruebas del nivel B2 de inglés hace necesario el apoyo de los agentes.
«Nos echarán una mano para que todo transcurra con la máxima normalidad posible porque son 600 personas las que se examinan. No pueden agolparse en la puerta, tienen su hora de llegada por apellidos y en cadencias de diez minutos», explican.
Desde la Conselleria de Educación añaden que junto a Sanidad y a Emergencias de la Generalitat, se ha coordinado «un dispositivo especial» para la realización de las pruebas en los centros de idiomas con mayor volumen de alumnado, desde hoy, día 2 y hasta el 17 de septiembre.
La toma de temperatura antes del inicio de cada prueba, así como las mascarillas se han vuelto obligatorias desde que se entra al centro hasta que se salga, inclusos durante la celebración de la prueba oral, tras la última actualización de los protocolos de seguridad y sanitarios contra el covid en las EOI.
Por esta razón, en el centro de Alicante se ha provisto de elementos con un adecuado nivel de grabación para las pruebas. Que se lleve mascarilla no será excusa para suponer que no se ha oído bien al examinado.
También se afanaban ayer en ultimar la separación de asientos en el salón de actos, que igualmente se habilita como gran aula para estos exámenes, mediante pegatinas donde puede leerse en castellano y valenciano «ponte aquí», para respetar las distancias de seguridad.
Las 34 aulas de este centro se destinan desde hoy a los exámenes de certificación en los que en el conjunto de las 24 escuelas y 49 secciones de la Comunidad -9 escuelas y 13 secciones en la provincia-, se han inscrito más de 30.000 personas en las 17 lenguas que se imparten, aunque las pruebas de inglés son las más numerosas con diferencia, de ahí la colaboración reclamada a la Policía Local.
El protocolo anti covid para estos centros incluye que se mantengan abiertas dentro de lo posible puertas y ventanas «siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan», así como que se habilite un espacio para que se puedan dejar los objetos personales, que se desinfectará antes y después de cada uso. Por descontado, se descarta compartir material y estarán restringidas las salidas y entradas al aula del examen, donde cada aspirante mantendrá un lugar asignado para cada una de las partes de la prueba escrita.
El aforo en los baños también estará controlado para garantizar la distancia de 1,5 metros y se advierte de que si no se respetan las medidas sanitarias establecidas, tras informar al que lo incumpla, se le podrá expulsar de la prueba.
La escuela de Alicante, además, ha habilitado una segunda entrada o acceso al centro por la quinta planta, la que hasta el curso pasado era la salida de emergencia, a la que se llega por la parte de atrás a la altura del Instituto Jorge Juan. Será el acceso preferente para los que se examinan en el salón de actos.
Profesorado
Colegios e institutos se abrieron ayer tras las vacaciones de verano para recibir al conjunto del profesorado que desde su primer día en los centros cumplió con la premisa de llevar mascarilla todo el tiempo.
Los centros, como señalan los directores consultados, ultiman la distribución de las aulas y señalizaciones de dirección para entrar y salir con el objetivo de cumplir con los protocolos establecidos por la consellerias de Educación y Sanidad.
Miles de escolares gitanos firman contra la vuelta a clase por su salud
Las asociaciones Nou Alacant y España Cañí, que integran a gran parte del «pueblo gitano de la ciudad de Alicante», como destaca uno de sus representante, Lisardo Gabarra, aseguran que hasta el 85% de los escolares gitanos, alrededor de 6.000 niños, han firmado a través de sus padres un documento distribuido por la Plataforma Nacional por el Derecho Gitano, por el que se niegan a asistir a clase a partir del próximo día 7 para «proteger su salud».
El escrito cita tanto el artículo 154 del Código Civil como el 43 de la Constitución. El primero hace referencia al ejercicio de la patria potestad sobre los hijos «con respeto a su integridad física y mental»; y el segundo al «derecho a la protección de la salud», que compete «a los poderes públicos a través de medidas preventivas».
Los firmantes sostienen, pese a las reiteradas explicaciones de los conselleres de Educación y de Sanidad sobre la seguridad de los colegios, que ambos responsables «están omitiendo su deber de proteger la salud de nuestros hijos, y por ende vulnerando su derecho a que su salud sea protegida por los poderes públicos». Incluso solicitan medios para continuar con la enseñanza de sus hijos en casa, «para asegurar una formación integral y que haya mejor control evitando riesgos innecesarios». Gabarra explica que mientras los centros de salud, -que son igualmente organismos públicos como los colegios-, mantengan la atención a los usuarios por vía telefónica de forma generalizada, y no de forma presencial, tampoco las familias gitanas llevarán a sus hijos de forma presencial al colegio o al instituto. Ayer mismo responsables de centros en la Zona Norte expresaban su temor a que las aulas queden casi vacías por este motivo.
