El levantamiento de las restricciones que el gobierno de Bélgica impuso en agosto a todos los viajeros que entraran en el país desde España -decisión que dio la puntilla a este importante mercado turístico en la Costa Blanca- ha abierto la posibilidad de que la provincia recupere hasta marzo de 2021 los 300.000 turistas que se habían perdido. Una temporada baja en la que los belgas con clave, tanto para los hoteles (30% de las pernoctaciones) como para el turismo residencial, por los belgas que vienen a su segunda residencia, como por los que se alojan en casas alquiladas o de amigos y familiares. Desde ayer, las fronteras de Bélgica están tan abiertas como las de Francia, es decir sin ningún tipo de restricción. Un balón de oxígeno importante en un momento en el que la crisis sanitaria y económica provocada por el covid-19 había provocado una caída del 62% de este mercado desde marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Un turismo que había crecido un 129% en los últimos siete años.

El aeropuerto tiene conexiones aéreas semanales con Bruselas, Ostende, Amberes y Lieja, aunque también llegan muchos belgas por carretera. Bruselas es la ciudad mejor comunicada con vuelos operados por Ryanair, Vueling, Brussels y Tui Belgium. Ryanair opera con Bruselas/Charleroi seis frecuencias semanales y con Bruselas tiene vuelo diario (siete frecuencias semanales). Vueling ofrece dos conexiones semanales, Brussels dos frecuencias semanales y Tui Belgium tres enlaces a la semana.

Desde la patronal hotelera Hosbec se reaccionó con optimismo pero con la obligada cautela. «Esperamos que estemos ante el verdadero comienzo de la desescalada, que a Bélgica les sigan Alemania, Holanda, y que a finales de octubre podamos empezar a recibir grupos de turistas británicos para poder salvar algo de la temporada baja», subrayó Toni Mayor, presidente de los hoteleros.

Según los datos que maneja Turisme Comunitat Valenciana, entre enero y agosto llegaron a la provincia 124.798 belgas, lo que supuso un descenso del 62,2%, y con un gasto total de 133 millones de euros, un 60% menos que en el mismo periodo de 2019. En cuanto a las pernoctaciones hoteleras, el total ascendió a 1,4 millones, un 59% menos. El viaje medio de los belgas cuesta 1.063 euros, el gasto diario es de 93 euros y la estancia media de 11 días.

La Costa Blanca es el primer destino vacacional de los belgas en España. Hasta el estallido de la pandemia, la provincia recibía anualmente 500.000 visitantes belgas de los 2,5 millones que visitan España, con un gasto total de 564 millones de euros y 6,2 millones de pernoctaciones hoteleras. En lo que se refiere a su modelo de alojamiento, 167.000 belgas se alojaron en hoteles y 371.4509 en viviendas, distribuidos en 151.764 en segundas residencias,133.376 en casas de amigos y familiares y 86.310 en apartamentos de alquiler.

En cuanto al perfil del turista belga, hablamos de una persona que se organiza el viaje de forma individual -solo un 8% viaja con un turoperador-. El 80% de los belgas llega a la Costa Blanca en avión y un 18% por carretera. El motivo de la visita es el ocio en un 90%, el 60% viaja en las temporadas baja y media y la provincia acoge al 80% del total de turistas belgas en la Comunidad Valenciana.

El levantamiento de las restricciones fue ayer recibido casi con alborozo en el sector turístico pues, prácticamente, resultó la primera noticia positiva desde que el Reino Unido volviera a implantar la cuarentena el 25 de julio, lo que produjo un efecto cascada en el resto de los países europeos. La patronal hotelera estima que los efectos positivos comiencen a notarse en un mes, pero también confían en el efecto llamada y que a la decisión del gobierno de Bélgica sigan otras similares de otros estados.

«Es una buena noticia. Que la gente no piense que de un día para otro van a llegar a 40.000 belgas, pero es muy positivo. Lo único que podemos esperar ahora mismo es que sigamos extremando las medidas de prevención y controlando la evolución de los contagios. Los datos de la Comunidad Valenciana son muy buenos pero debemos mantenerlos», subrayó ayer Nuria Montes.

El gran deseo y esperanza de los hoteleros, no obstante, es que la apertura tenga un efecto positivo en el gobierno del Reino Unido. «Londres está muerta y la cuarentena impuesta no solo afecta a los destinos receptores de turistas como es el caso de Benidorm, sino a la propia economía del Reino Unido, que también es un país turístico con miles de visitantes», señaló Nuria Montes. «Si mantenemos el nivel de contagio bajo y seguimos trabajando para que no se nos vaya de las manos, podríamos lograr a final de octubre tener conexión sin restricción es con Reino Unido y Holanda», aseveró Toni Mayor, presidente de Hosbec.