El Hospital de Sant Joan ha puesto en marcha un acelerador lineal de alta gama adquirido con la donación económica que en 2017 hizo el empresario gallego Amancio Ortega para renovar la tecnología para luchar contra el cáncer.
Con este acelerador se darán tratamientos de radioterapia a pacientes oncológicos de toda la provincia de Alicante. Su indicación fundamental, según explica Gabriel Vázquez, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital de Sant Joan, es el tratamiento de tumores cerebrales, de cabeza y cuello, pulmonares, digestivos y pélvicos (urológicos y ginecológicos), en una primera fase. Para más adelante «se ampliarán las indicaciones a otras localizaciones incluyendo otras técnicas en cerebro, pulmón y hueso».
Actualmente con la tecnología que dispone el Hospital de Sant Joan se tratan a entre 400 y 450 pacientes al año por acelerador. Con la adquisición de la nueva tecnología la previsión es llegar, de forma gradual, a entre 500 y 550 pacientes al año por acelerador.
La obra, que ha incluido la construcción de un búnker doble, se inició en mayo de 2019 y se finalizó el 17 de septiembre de 2020. En un primer momento su puesta en marcha estaba prevista para los meses de abril o mayo, pero la pandemia obligó a aplazar los trámites. En total, el empresario gallego donó dos aceleradores al centro sanitario. El segundo también está ya instalado y se pondrá en marcha en las próximas semanas, una vez esté plenamente operativo el que se acaba de abrir.
Con la obra acometida en los últimos meses se pone en marcha una nueva unidad de Radioterapia en el Hospital de Sant Joan, con dos salas para sendos aceleradores lineales y los locales de apoyo asociados: área de control, consultas, zona de espera, almacén y aseos.
Las obras se adjudicaron por un importe de 999.460 euros, mientras que el suministro del equipo se adjudicó por un importe de 1.698.840 euros.
El doctor Gabriel Vázquez señala que para los pacientes, la puesta en marcha de este acelerador «va a permitir recibir un tratamiento con radioterapia con la tecnología más actualizada existente a nivel mundial y al mismo tiempo ganar en comodidad, al poder disminuir el número de sesiones y la duración de éstas». También en seguridad, «al poder delimitar con mayor precisión la dosis a administrar en el tumor».
