La pandemia ha modificado la enseñanza en general, también la de las clases en la autoescuela donde se han disparado las clases online en la provincia para cumplir con las medidas sanitarias y evitar los contagios. Pero cambiar toda la teoría a una pantalla de ordenador tiene sus riesgos: falta de concentración y atención y unos resultados que pueden no ser los esperados.

Así lo aseguran varios profesores de autoescuela de la provincia que han tenido que ampliar sus recursos para poder atender la demanda de los alumnos durante la pandemia. De explicar las normas de circulación o la mecánica del vehículo en una pizarra y en una clase, han pasado a tener que descargar aplicaciones que les permitan comunicarse con aquellos que esperan sacarse el carné de conducir. Unas enseñanzas «online» que también se trasladan a la hora de realizar los conocidos test de los temas para el examen teórico.

Las autoescuelas digitales fueron uno de los sectores que crecieron cuando se inició la pandemia en marzo de 2020. Solo en el primer mes se registró un aumento de un 172% en las matriculaciones en este tipo de negocios, según informó la PAD (Plataforma de Autoescuelas Digitales) en ese momento. Un incremento que se trasladó a las que ofrecían clases presenciales y que decidieron cambiar su sistema a online por el confinamiento y que se ha mantenido después.

Una profesora de una autoescuela dando clases presenciales y online a la vez. | ALEX DOMÍNGUEZ

«Nos hemos tenido que reinventar para poder seguir siendo válidos», afirma la propietaria de una autoescuela en el barrio de San Gabriel en Alicante. En sus aulas, de unas 15 personas han pasado a 4 ó 5 . Aunque ella asegura que «no es la forma más adecuada de aprender delante de una pantalla». Para ella, las clases «online» son ahora mismo como un mal necesario; es decir, es la forma en la que se pueden impartir más clases debido a la pandemia pero «no puedes hacerles partícipes de las clases» además de que muchas veces la «efectividad es cero». Porque si los alumnos que intentan seguir las lecciones no tienen un buen ambiente en casa o desde donde siguen las clases, no sirve de nada.

Pero además, algunos recurren a la «picaresca» en ocasiones. O lo que es lo mismo, se conectan a la clase o a realizar los test en la red pero a veces solo es para que se registren como conectados cuando quizá no estén delante del ordenador. «Se ven cuántos minutos están conectados para realizar los test, cuando se conectan, cuando no...», añadió. «Se creen que nos engañan y no. Como las clases presenciales no existe nada», añadió Antonio Delegido, responsable de la autoescuela El Cid de Petrer, quien indicó que «te dicen que van bien con los test e igual solo han hecho dos». Él pasó de tener en una clase a 18 personas a solo 9. Aunque ahora indica que «parece que algunos alumnos, tras acabar con los exámenes de la universidad, han decidido volver a la autoescuela presencial».

Aún así, la profesora de Alicante asegura que «es la herramienta que tenemos ahora. Si el alumno sabe aprovecharla es muy buena», afirmó. «La administración debería hacer algo más, la enseñanza online no puede ser el sustituto de la presencial».

Pero además porque hay temas relacionados con la educación vial que requieren de más atención como las «consecuencias reales» que puede tener ponerse al frente de un vehículo; es decir, todo lo relacionado con la responsabilidad al volante.

Retraso en los exámenes

Pero la pandemia también ha traído un problema «extra» con los exámenes prácticos. Si ya se producían retrasos, en los últimos meses, conseguir examinar a los alumnos es casi una misión imposible. Así, las fuentes consultadas por este diario aseguran que existen hasta dos meses de espera para poder realizar estos exámenes. Una, por la «falta de examinadores en la provincia para la gran demanda de autoescuelas que hay», indicó a este diario una de las profesoras. «Hay un tapón de gente» esperando su turno. De hecho, en enero aún están con alumnos pendientes de 2020. Antes los exámenes «eran semanales». Así, Delegido también apuntó que el sistema «CAPA» que se va a implantar en Alicante y que ya funciona en otras partes complicará aún más las cosas. «Habrá una restricción de alumnos que vayan a examen y las que tengan gran cantidad son las que se beneficiarán». Con todo, el sector sigue reclamando que se aumenten los recursos y los examinadores para intentar paliar el retraso acumulado.