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Juanjo Savall PSICÓLOGO CLÍNICO

«Culpar a los jóvenes de la quinta ola es irresponsable»

Los centros privados también han notado un aumento importante de casos desde comienzos de año. Juanjo Savall señala que los adolescentes son los que más sufren y advierte que se tardará tiempo en mitigar las consecuencias que la pandemia ha tenido en la salud mental de los jóvenes.

Juanjo Savall es psicólogo clínico. | INFORMACIÓN

Los problemas de salud mental se están multiplicando sobre todo entre la población adolescente. El psicólogo clínico Juanjo Savall cree que el cambio de rutinas en esta pandemia ha desestabilizado mucho a los jóvenes, con una repercusión directa en su salud mental.

¿En qué edades se están produciendo los mayores problemas?

Donde más prevalencia hemos notado es desde los 12 ó 13 años hasta los 18 ó 19 años.

¿Más que en los niños?

Sí. Los niños pequeños son más dependientes de otros sistemas, como padres, abuelos y otros cuidadores. Gracias a esa cobertura que dan los allegados, se nota menos el impacto de la pandemia. Pero en jóvenes se está notando mucho la importancia de tener una estructura. Esa falta de regulación externa ha tenido un impacto muy fuerte en la estabilidad emocional de los jóvenes. Hemos notado un aumento muy significativo no sólo de problemas del estado de ánimo, como ansiedad, sentirse deprimidos y falta de regulación emocional. También vivimos un aumento exponencial de problemas graves, como los trastornos de la alimentación, que se han multiplicado. También hemos notado un aumento increíble de trastornos de la personalidad, o de trastornos psicóticos que empiezan a aparecer fruto de la desorganización y del aislamiento. Un exceso de reclusión.

No hemos hallado el equilibrio entre cuidarnos y la necesidad del contacto para mantener una psique sana

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La falta de socialización ha pasado factura.

Si, es que es fundamental a esas edades. No es tan diferente cómo funciona el cuerpo y la mente. Todo está integrado. Igual que una persona, si deja de hacer ejercicios y movimientos tiene una mala salud, nuestra mente necesita de muchos estímulos para funcionar adecuadamente. Las relaciones sociales son esenciales, el ser humano es un ser social. Durante toda la pandemia ha habido un exceso de tiempo con pocos estímulos y eso ha sido una bomba de relojería para cualquier persona y en jóvenes más, porque es cuando mayor regulación necesitan. La falta de estímulos, junto con la sensibilidad del adolescente, hace que el impacto sea mayor.

¿Qué errores no podemos repetir si se vuelve a dar una crisis de esta magnitud?

Hemos actuado a salto de mata. Nos hemos preocupado mucho por la salud física, porque no había otra, porque la gente se moría y lo que implicaba era que no hubiera proximidad personal, porque de ahí venía la enfermedad. Pero no hemos entendido que necesitamos estar próximos unos de otros y, ni siquiera a día de hoy, hemos encontrado el equilibrio entre protegernos de la enfermedad física y tener un comportamiento social. No hemos aprendido. Es curioso, pero a la gente, cuando se le da manga, hace un contacto social inadecuado y se contagian más y cuando nos aíslan nos hacen polvo. No hemos encontrado ese equilibrio entre lo importante de seguir las medidas porque enferma el cuerpo pero qué necesario es el contacto para mantener la psique sana.

¿Qué opina de que a esta quinta ola se la llame de los jóvenes? ¿Cómo cree que está siendo su comportamiento?

En todo es muy importante la educación. Tal vez porque me dedico a los jóvenes puedo entender las ganas de salir, de quedar, de relacionarse, porque lo necesitan. No cabe duda que eso trae consecuencias, pero no hemos sido educados en ese equilibrio, en hacer las cosas bien. En un joven la excesiva prohibición no hace falta decir cómo se vive y en qué repercute y ese permiso no ha sido un permiso educado. Hemos hablado de prohibiciones y aceptaciones, pero no hemos llegado a la esencia del comportamiento. No ha habido una educación. Cuando profundizas en la población joven ves que no se educa de otra forma. No es tanto dejar o no, sino el cómo se pueden hacer las cosas en condiciones de seguridad. Tanta información que nos han dado los medios y se ha hablado de esto muy poco. Y luego está lo cómplices que somos los adultos. Hablamos de lo que hacen los jóvenes, pero no de la complicidad de los adultos.

Ahora sólo vemos la situación más inminente, pero nos queda un tiempo de arrastrar las consecuencias

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Claro, las terrazas y restaurantes están todos llenos y no sólo de jóvenes.

Yo miro mi entorno y la verdad es que no estamos muy quietos. Culpabilizar a los jóvenes es un acto irresponsable, todos formamos parte de esto.

¿Cree que los efectos de la pandemia sobre la salud mental de los jóvenes perdurarán mucho en el tiempo?

Ahora estamos viendo una situación que es la más inminente, pero aún nos queda un tiempo de arrastrar estas consecuencias. Cuando vivimos una situación de crisis no sólo es lo que la originó, sino a dónde lleva a la persona y aunque en un momento dado esta situación ha creado esta emergencia, restablecer la normalidad no va a ser algo inmediato.

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