Hace ya un mes que el bipartito reabrió el Castillo de San Fernando al público, con nocturnidad, sin previo aviso y sin que las distintas concejalías -en manos de PP y Ciudadanos- tuviesen claro quién era el responsable de su apertura y cierre. A pesar de ello, y aunque ha estado cerrado más de dos años desde que se iniciaron las obras de reforma, no ha sido hasta este domingo por la noche cuando el Ayuntamiento ha activado parcialmente la iluminación nocturna en la propia fortaleza y su acceso, tras advertir ayer INFORMACIÓN de esta falta de seguridad. Horas después de contactar con el Consistorio, se hizo la luz en el bastión por primera vez en dos años, aunque solo de forma parcial.
Hasta ahora, pese a que el castillo permanecía abierto hasta las ocho de la tarde, se hacía imposible disfrutar de él después de la caída del sol debido a la poca visibilidad, y podía ocasionar algún percance al visitante. Un problema que, unido a la falta de accesibilidad de la que adolece su única entrada -falta por construir un segundo acceso-, ha permitido que proliferen los botellones en los alrededores. Un uso poco adecuado para un BIC, que contrasta enormemente con la imagen de su «vecino», el Castillo de Santa Bárbara, cuya iluminación se ha renovado recientemente e incluso se personaliza con diferentes colores en fechas señaladas.
La falta de iluminación no es un problema del Castillo de San Fernando, sino que se extiende a todo el Tossal. El pasado febrero, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, inauguró la renovación del entorno del colegio La Aneja y celebró la apertura de «un nuevo pulmón de Alicante» cuyo objetivo era el de «conectar barrios como el de San Blas y Campoamor con el centro». Un proyecto que contó con un presupuesto de 1.224.000 euros, cofinanciado al 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y que, para el primer edil, debía de convertir la zona en el lugar «de convergencia de muchos barrios que estaban desconectados» por lo que la ciudadanía «tenía que dar un rodeo para ir de un lugar a otro». Sin embargo, esa misma noche la mayoría de los senderos se encontraron completamente a oscuras. Y así siguen.
Tampoco en los senderos peatonales inaugurados en la parte baja de la montaña, junto al estadio José Rico Pérez, hay ni rastro de farolas, focos, ni nada que se le parezca. De hecho, es habitual ver cómo las vecinas y vecinos pasean a sus mascotas cargados con linternas o haciendo uso de sus teléfonos móviles en un área para la que se destinó una inversión de 325.406 euros y que, según el edil de Infraestructuras, José Ramón González, serviría para «conectar el barrio de San Blas con el de Carolinas».
Ataque homófobo
Incluso el entorno de la pista de patinaje -la más frecuentada del Tossal - adolece de falta de luminarias. La oscuridad en esta zona propicia que los jóvenes se reúnan para celebrar botellones, especialmente los fines de semana, lo que ha provocado alguna escena violenta al encontrarse con vecinos que paseaban por la zona. De hecho, fue en esta parte del parque en la que, el pasado mes de abril, un grupo de unas quince personas rompió el tabique nasal y el fémur a un joven y trató de agredir a otros dos que, finalmente, consiguieron escapar de sus perseguidores, en un ataque homófobo.
Desde el gobierno municipal, aseguraban ayer que la iluminación del Castillo de San Fernando y de su entorno se llevaría a cabo «próximamente», aunque no se aventuraban a concretar ninguna fecha. Anoche añadieron que se había encendido de forma parcial la iluminación del bastión y del acceso, aunque solo de forma parcial, ya que hay una avería que tienen que revisar este lunes.
Fuentes municipales apuntan que actualmente se encuentra en fase de redacción el proyecto de iluminación para la zona visitable de la fortaleza, con el que pretenden ponerla en valor e incluirla posteriormente en la ruta de edificios emblemáticos iluminados que el Consistorio quiere tener lista el próximo año. Además, aseguran que existe un proyecto para la instalación de luminarias en el entorno del Tossal enmarcados dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI). Sin embargo, sobre los diferentes sistemas de iluminación que -a pesar de estar correctamente instalados- no se encienden en horario nocturno, el Ayuntamiento aseguraba desconoce los motivos de su falta de funcionamiento.
«Pasamos miedo todos los días al volver a casa»
Helena Sirvent, estudiante del Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá, ya denunció en 2020 la falta de iluminación en el camino que, cada día, recorren cientos de jóvenes de entre 12 y 18 años para volver a sus casas. Sin embargo, no obtuvo respuesta del gobierno municipal. Sirvent -que ha hecho uso de este camino durante seis años- reitera ahora que «no hay derecho a que pasemos miedo cada día». La joven denuncia además que la situación es «especialmente preocupante y peligrosa para las mujeres».
