Desde hace más de 15 años Alicante cuenta con un “refugio” para mujeres víctimas de violencia de género de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas a través del Instituto Valenciano de las Mujeres.

Una realidad que en 2020 registró más de 150.000 denuncias en España, de las que cerca de 22.000 corresponden a la Comunidad Valenciana.  Este centro representa un “espacio de seguridad y acompañamiento”, que brinda a las víctimas la oportunidad de alejarse del foco de la violencia y centrarse en la recuperación emocional ante el dolor y el maltrato sufrido.

A través de un equipo de psicólogas, educadoras y trabajadoras sociales, se promueve su autonomía, independencia y responsabilidad, para que sean ellas “las auténticas agentes del cambio de sus vidas”, tal y como señala Maribel Rabadán, gerente de Servicios Sociales de Clece, empresa adjudicataria y responsable de la gestión integral del centro.

“Recibimos a mujeres y menores, derivadas de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, que requieren de un alojamiento temporal prolongado, ante la grave situación de malos tratos vivida”, subraya la responsable de Clece. “Todas carecen de apoyo familiar y de recursos, y comparten un perfil de dependencia emocional y económica de sus parejas”. En el centro se les brinda un espacio seguro en el que recuperarse y salvaguardar su integridad física y psicológica.

Ubicado en la provincia de Alicante, el centro de recuperación integral de víctimas de violencia de género dispone de capacidad para 26 usuarias, entre mujeres y menores, y está abierto los 365 días del año. Su directora, Inmaculada, destaca su amplitud y sus zonas recreativas al aire libre, “tiene un amplio jardín con una zona de juegos que permite que las mujeres y los niños puedan realizar todo tipo de actividades”. Un espacio que se convierte en el “pulmón” del centro cuando, “por peligrosidad” deben permanecer sin salir a la calle durante días. “En el interior, las habitaciones- que albergan núcleos familiares- son también amplias y acogedoras”.

Un taller en el que confeccionan bolsas y recomponen vidas

Como parte del proceso en el que acaba siendo su hogar durante meses, de manera terapéutica las usuarias que lo desean comparten sus experiencias en un taller de confección de bolsas, que venden para recaudar fondos. Así, “entre puntada y puntada crean vínculos y sentimientos de solidaridad hacia otras mujeres”, explican desde el centro.

 

De manera terapéutica, las usuarias que lo desean comparten sus experiencias en un taller de confección de bolsas.

 

Empoderamiento e independencia como parte del proceso de superación

Tras su ingreso en el centro, las mujeres presentan “déficits” en las habilidades tanto personales como de conocimiento de recursos. Por ello se les acompaña y orienta para establecer conjuntamente objetivos a trabajar durante su estancia, un periodo comprendido entre uno y seis meses. “Es un tiempo de recuperación para superar la situación traumática vivida”- subraya Maribel Rabadán- “Este trabajo por parte de las profesionales, tiene como objetivo el empoderamiento de las mujeres de forma que, cuando salgan del centro, hayan potenciado sus conocimientos y aptitudes y asuman mejor sus limitaciones”. De la llegada al centro, Inmaculada la directora destaca “el desconcierto, la angustia y el miedo” al tiempo que también se percibe en ellas “muchas ganas de iniciar un nuevo camino”.

En este proceso resulta clave la independencia -emocional y vital- que representa su incorporación al ámbito laboral, una oportunidad que en el caso de este centro, viene de la mano de Clece. Tal y como indica la gerente de Servicios Sociales de Clece, “además del trabajo que realiza la técnica de Integración Social y Laboral, disponemos de un departamento de Selección que mantiene relaciones y convenios de colaboración con diferentes entidades sociales para favorecer la incorporación de las mujeres al ámbito laboral. Contamos además con un gran número de centros de trabajo que nos permiten ofrecer oportunidades reales a aquellas usuarias que se encuentran en un momento óptimo para afrontarlas”.

Experiencia de Clece

Clece suma más de 15 años en la gestión integral de este tipo de centros en la Comunidad Valenciana. Además, conscientes de que una oportunidad laboral representa “la llave” a una nueva vida, la compañía lleva más de 15 años impulsando la igualdad de oportunidades a través de la integración laboral de colectivos desfavorecidos como son las mujeres víctimas de violencia de género, entre otros. Actualmente, en la Comunidad Valenciana, 44 mujeres de su plantilla pertenecen a este colectivo.