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Isabel Moreno Representante de la Asociación de directores de Infantil y primaria en Alicante

«El problema de la pandemia son los colapsos, lo mismo que pasa en Sanidad pasa en el cole»

Isabel Moreno en el colegio Port de Xàbia. | INFORMACIÓN

Isabel Moreno también está al frente del Ceip Port de Xàbia y su experiencia en la educación se suma al reto que supone la pandemia en las aulas con factores como la vacunación o toda la serie de protocolos sanitarios.

Colegios cerrados, clases a distancia, vuelta a los pupitres o cumplimiento de estrictas medidas sanitarias en aulas burbujas. La Educación no se ha librado de un proceso cambiante que Moreno sigue viviendo y ahora cuenta.

¿Cómo se encuentran los colegios?

Esta ola nos ha cogido a todos por sorpresa, no la esperábamos. Menos mal que cambió el protocolo porque si el confinamiento llega a ser como antes de Navidad, creo que tenemos que cerrar las escuelas.

Pese a ello, una de cada cinco aulas en la provincia ha tenido que cerrar la puerta.

Llevamos un control exhaustivo, por eso estamos agotados. Aparte de lo que sería nuestro día a día, todas estas cosas sobrevenidas son agotadoras, pero lo estamos haciendo muy bien.

Se han profesionalizado en la enseñanza a distancia.

Sí, pero en general no nos gusta. En infantil no puedes tener una criatura, que esté la clase confinada, cuatro o cinco horas delante de un ordenador, es inviable. En primaria cuesta y además, tampoco es precisamente necesario que estén cara a una pantalla toda la mañana. Han sido dos años muy duros y la escuela es la que va a garantizar la estabilidad emocional, aparte de académica, de nuestro alumnado.

Viendo el número de casos, ¿son las aulas sitios seguros?

Estamos garantizando que las medidas de higiene, de seguridad, de ventilación se estén cumpliendo. ¿Son seguras las escuelas? Mucho más seguras que lo que se puedan encontrar fuera de este ámbito. Aquí juegan dos amigos con mascarilla, si quedan en casa de uno de ellos no juegan con mascarilla. Rotundamente sí.

Todo esto lleva a muchos padres a tomar la decisión de no llevar a sus hijos a clase, pese a no estar confinada la clase. ¿Es comprensible?

Después de las vacaciones de Navidad había gente que, por precaución, no ha traído a los hijos a la escuela porque igual habían tenido contacto con un familiar. El miedo al contagio lo vivimos mucho más el primer curso después del confinamiento. Ahora, cuando no vienen es más por precaución.

Al igual que los alumnos dan positivo, los profesores también. ¿Qué supone esto para un centro?

El gran problema de esta pandemia ya no está en la enfermedad sino en los colapsos, lo mismo que ha pasado en sanidad, pasa en un cole. Nos estamos encontrando con el handicap de cubrir las bajas por covid. Si la gestión de la sustitución de la baja fuese de hoy para mañana sería mucho más fácil.

Otro de los temas complejos en la pandemia ha sido la vacunación. ¿Se debe vacunar en los centros educativos?

Como asociación de directores siempre ha sido nuestra posición el hecho de respetar escrupulosamente lo que decida Sanidad. Desde una escuela puedes llegar a toda la población infantil en muy poco tiempo. La otra explicación que nos dieron es que se estaban empezando a colapsar los centros de Atención Primaria. Pero que obviamente ha sido una situación que nos provoca más presión y más estrés. Somos muy responsables de las cosas que se hacen dentro de la escuela y con los niños y las niñas.

¿Qué supone que la vacunación se lleve a cabo en los colegios?

Supone la atención de ese día. Es un añadido a todo, pero en una situación de emergencia mundial tenemos que estar abiertos a que haya añadidos. Si nos dicen que hace falta, no quiero no cuestionarme que es verdad.

Las AMPAS y sindicatos docentes han solicitado que se den permisos para los padres con niños confinados.

Eso sería un grandísimo avance a nivel laboral, para toda la sociedad, no solo para los maestros. Por un lado te dicen que cuidado con las personas vulnerables, pero al final tienes que acabar llamando a los abuelos. Creo que ha sido una de las injusticias que ha destapado esta pandemia, el poder conciliar de verdad una situación laboral y familiar de un menor enfermo o, en su defecto, confinado. Si podemos conseguir que se lleguen a regular los permisos para el cuidado de un hijo menor, como sociedad saldríamos ganando.

Se ha anunciado el aplazamiento y simplificación de varios trámites de los centros educativos.

Es un alivio. La burocracia nos está quitando tanto tiempo de dedicación a lo realmente importante que tenemos que poner el freno de mano. Para mí, lo más importante ya no son las cosas que nos han cambiado sino que al final, hay un compromiso por parte de la conselleria de que esa revisión de la burocracia no sea únicamente en el momento actual, sino que sea para siempre. Habíamos entrado en un bucle de papeleo que nos estaba llevando al colapso.

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