Que las posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías generan una importante brecha digital ya es de todos sabido. Pero lo que el sociólogo Massimo Ragnedda aportó este miércoles en la inauguración del III Encuentro de la Cátedra de Brecha Generacional de la UA, es que dicha brecha es, desgraciadamente, mucho más amplia, porque también abarca a quienes no dominan el uso de las tecnologías hasta el punto de que se pierden los beneficios que aportan, no solo en el ámbito económico, sino en el cultural y social también.

Ragnedda expuso un reciente estudio llevado a cabo entre la población del Reino Unido, perfectamente extrapolable, que eleva al 95% los ciudadanos que pueden acceder a internet, y que sin embargo engrosan la denominada brecha digital en un amplio porcentaje porque hasta uno de cada cuatro «no puede verificar las fuentes que encuentra en internet, pueden ser manipulados de forma sencilla», explica.

Bucle

Es lo que el prestigioso sociólogo denomina segundo nivel de la brecha digital, que además extiende a un tercer nivel en el que solo los privilegiados a nivel económico y cultural logran sacar partido y aprovechar los beneficios de las nuevas tecnología para el ascenso social, quedando el resto muy atrás.

«Es un bucle doble. Los individuos con la mejor posición son los ricos, los primeros en usar las tecnologías y ahora las últimas tecnologías, como el blockchaim o las criptomonedas». Ragnedda expuso ante un salón de actos de Filosofía y Letras completamente abarrotado, la riqueza tanto económica como cultural y social de los que son capaces de aprovechar y usar mejor las nuevas tecnologías, lo que refuerza todavía más su posición en la sociedad y desplaza al resto.

Derechos

«Usan el ascensor social para mejorar. Con las tecnologías no basta con acceder, hay que saber usarlas porque eso se transforma en mejores salarios» y ventajas de todo tipo. De ahí que el sociólogo italiano apueste por favorecer la inclusión digital desde acciones políticas que promuevan la igualdad digital, para que la repercusión positiva de los servicios que ofrece internet lleguen a todos.

«Hay tres derechos digitales que se deben promover, el acceso digital, las competencias y el empoderamiento, que consiste en mejorar nuestra posición en la vida a partir de las TIC», Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Ragnedda concluye que todos aportamos nuestra posición social al uso que hacemos de internet y que sin motivación ni conocimientos pasamos a engrosar la población en riesgo de exclusión social.