Entrevista | María Rosario Sepulcre Psiconcóloga de AECC y Hospital Doctor Balmis de Alicante

"Atendemos más a familiares de pacientes terminales que a los propios enfermos"

Con 27 años de experiencia a sus espaldas, la profesional sanitaria asegura que cada vez más usuarios y cuidadores principales hacen uso de este tipo de terapia, la cual ofrece herramientas y sirve de guía a aquellos que enfrentan de cerca una enfermedad a la orden del día como el cáncer

La psiconcóloga María Rosario Sepulcre, en su consulta en el Hospital Doctor Balmis.

La psiconcóloga María Rosario Sepulcre, en su consulta en el Hospital Doctor Balmis. / Pilar Cortés

El Hospital Doctor Balmis de Alicante atendió en el servicio de psiconcología en 2023 a 430 personas entre pacientes y cuidadores principales. Expertos como María Rosario Sepulcre, profesional de esta rama de la psicología, sostiene que es un tipo de terapia a la que cada vez acceden más personas que viven de cerca la enfermedad.  

PREGUNTA: ¿Qué es un psiconcólogo? 

RESPUESTA: Nuestra función es atender aquellas dificultades de adaptación emocional al proceso oncológico en cualquiera de sus fases para conseguir mejorar la calidad de vida y el seguimiento del tratamiento. A veces, el sufrimiento emocional puede hacer que el paciente no tenga una buena adherencia al tratamiento. El servicio se da tanto a pacientes como a familiares.

P: ¿En qué momento de la enfermedad es más necesaria esta terapia?

R: Se puede acceder en cualquier momento. Cada fase del diagnóstico tiene unas dificultades específicas de adaptación, pero cada persona, por lo que sea, puede que tenga más dificultades en fases diferentes. En el diagnóstico aparece la incertidumbre, vas prueba tras prueba y tienes que esperar varios días para saber los resultados y todavía está todo en el aire. Además, sabes que hay un problema importante, pero todavía no has empezado a resolverlo. Ahí es donde, todavía, los pacientes, como están un poco bloqueados, es cuando menos acceden al servicio, porque todavía no se han planteado buscar recursos o incluso aunque se les ofrezcan, como están con muchas citas médicas, no vienen. En la fase de inicio del tratamiento, normalmente, la mayor dificultad es el miedo que se puede tener ante ellos o ante los efectos secundarios, que en ocasiones son difíciles de sobrellevar. Ahí se trabaja para que la persona comprenda bien qué es lo que está pasando en su cuerpo y lo ayude a entender qué está pasando. También hay personas que llevan el tratamiento bien y después, al terminar, hay un bajón porque llegas al final de la maratón agotado. También aparece el miedo a recaída, en esta última fase se trabaja la comprensión.

"En la fase de diagnóstico es cuando suelen venir menos pacientes. Todavía no buscan ayuda"

P: ¿Cuál es el patrón principal de comportamiento de un paciente en su primer contacto con este tipo de terapia?

R: Cuando te lo acaban de diagnosticar, la sensación es de bloqueo. Es distinto también si llevas meses detrás de un problema, yendo al médico de cabecera, haciéndote seguimiento y pruebas y al final te diagnostican qué es lo que te está haciendo que no te encuentres bien; ahí se produce incluso una sensación de alivio de que por fin sabes qué tienes. Sin embargo, a aquellas personas que de repente en una mamografía, por ejemplo, no sale bien y te diagnostican eso, te pilla de sorpresa.

P: ¿De qué forma se abordan las sesiones con pacientes terminales? 

R: En estas situaciones puede ser que, por desgracia, no hay recursos para tratar a estos pacientes, es decir, la medicina no tiene respuesta o que la situación de la persona es avanzada o compleja. Esas sesiones son sin esquema. Se trata de escuchar quién es esa persona y qué le preocupa. Hablamos de algo más sensitivo, personal... Muchas veces se atiende más a las familias de este tipo de pacientes que a ellos mismos, porque estos cuidadores principales necesitan saber cómo tratarles, ayudarles... Es importante que el paciente sienta que su vida tiene un valor y un sentido, que es una persona que puede trascender, que puede aportar...

P: ¿Se demanda mucho este tipo de terapia?

R: Cada vez más. Esto no sería posible sin el servicio de oncología. A cada momento el personal sanitario está mas concienciado de que es otro tipo de cuidado que necesita el paciente. Hace 27 años éramos solo dos profesionales y ahora somos 9. 

P: En sus 27 años como profesional, ¿se ha encontrado algún caso que le haya sido imposible remontar la tristeza o la depresión que estaba sufriendo el paciente?

R: Por desgracia, sí. En mi caso, siempre le pregunto al paciente si cree que le estoy aportando y qué cree que le podría aportar. Muchas veces los pacientes no quieren una intervención y si la han querido, no han sido capaces de afrontar esa ansiedad o bloqueo. Cuando ves que el paciente no quiere, lo que hago es trabajar con el cuidador porque a veces ellos se encuentran con la impotencia de querer salvar a esa persona y la otra no quiera o no sepa dejarse ayudar. Esa es la parte más dura, no es cuando te despides de un paciente, sino que aparece cuando querrías aportarle al paciente las herramientas para mejorar su calidad de vida y ves que no puedes.

"Lo más difícil no es cuando te despides de un usuario, sino cuando te das cuenta de que no puedes ayudarlo"

P: ¿Se ofrece el servicio en todos los hospitales de la provincia?

R: Aquí está hoy por hoy bastante cubierto. Hay una compañera en el hospital de Elda, otra en Alcoy, también en Dénia, Elche, Torrevieja y Orihuela. Estamos negociando para estar en el de La Vila. Todas las áreas tienen atención, sino es en el hospital en sede. Lo bueno del hospital es que tú puedes acceder a la planta donde el paciente esté ingresado o si es una persona con movilidad reducida puedes hacerle coincidir la cita con el propio tratamiento médico.

P: ¿Cómo es la coordinación con otros profesionales sanitarios? 

R: Hay muy buena colaboración en todos los centros hospitalarios en general. En mi caso, en el Hospital General de Alicante, desde el primer momento que llegué siempre han hecho que hubiera un flujo de colaboración tanto con los pacientes como con otros profesionales. A mí los pacientes me llegan de varios servicios como urología, ginecología... También hacemos formaciones con los profesionales como la detección de duelo patológico o cosas que nos van pidiendo y podemos transmitirles a ellos herramientas que les pueden ser útiles.

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