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Los dioses de la modernidad

El nacionalismo es un invento reciente: tuvo su infancia en la segunda mitad del siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del siglo XIX

Los dioses de la modernidad

El próximo año se celebrará el referéndum sobre la independencia de Escocia que, en palabras de Javier López Facal, es «la nación sin estado que más ha contribuido a la mitología nacionalista europea». Por ello, ha decidido escribir Breve historia cultural de los nacionalismos europeos, un libro imprescindible dirigido al gran público, en el que su autor nos regala sencillez acompañada de rigor, lucidez, ironía y vasta cultura.

Este filólogo y profesor de investigación del CSIC se declara practicante de la xenofilia. En su ensayo, insiste en una idea clave: los nacionalismos tuvieron su infancia en la segunda mitad del siglo XVIII, y su desarrollo a lo largo del XIX; así que, son un invento reciente. Aunque se declara incapaz de ofrecer una definición precisa de nación, nos recuerda la que dio Karl Deutsch: «Un grupo de personas unidas por un error compartido sobre su ascendencia y un desagrado compartido hacia sus vecinos». Y se atreve a afirmar que aquellos «son como el olor corporal; uno no percibe el propio, sino solo el ajeno. El del nacionalismo español (ista), por otra parte, es fácilmente identificable: parecer ser rancio por antonomasia».

Comienza López Facal por mostrarnos los distintos países que han contribuido a las mitologías nacionalistas en Europa; a la cabeza, Escocia y Alemania. El segundo capítulo lo dedica a la identidad española, que no es una excepción, y también adquiere el sentido de nación en el siglo XIX. En secciones posteriores, brinda espacio a la vestimenta, la literatura, los toros, los estadios? y todo aquello que ha ayudado a «hacer país»: el «adoctrinamiento político», la falta de rigor académico y el «maniqueísmo primario» ofrecidos en las escuelas; la creación y normalización de las lenguas, «tótems sagrados»; los himnos y las banderas?

En nuestro país, la «sobredosis españolista» padecida durante la última dictadura potenció el resto de devociones estatales. Si bien en Cataluña el proceso de autodeterminación se está desarrollando de manera «civilizada», muchas de las personas que defienden el independentismo vasco han realizado o consentido algo inaceptable: el asesinato en honor a la patria («¿por qué o para qué, Jano, esas muertes?»). Y es que, como afirma Javier López Facal, las naciones, que han venido a sustituir a las religiones monoteístas en aspectos rituales y litúrgicos, han sido la principal causa de mortalidad del ser humano en los dos últimos siglos. No le falta razón a Enrique Bunbury cuando canta en El extranjero: «Los nacionalismos, qué miedo me dan».

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