Hace poco más de un año muchos lectores nos vimos sacudidos de manera inesperada por un libro de una belleza, profundidad, originalidad y encanto inauditos. Se titulaba Los extraños y, como la mayoría de libros verdaderamente interesantes, escapaba a clasificaciones genéricas. ¿Narrativa, ensayo, memorias, investigación? Pues ni sí ni no. Todo eso pero algo distinto. Qué más da. Lo único importante es que se trataba de un libro portentoso que nos descubrió a muchos a un brillantísimo narrador, además de a un poeta con una importante obra a sus espaldas. En aquel libro Valero efectuaba un viaje al pasado, a sus raíces familiares, indagando en las vidas de cuatro de sus antepasados, cuatro extraños cuyas trayectorias, sueños, fracasos y éxitos le servían para comprenderse a sí mismo, o al menos para intentar desentrañar ciertas claves de su existencia. Y, por si esto fuera poco, era tremendamente entretenido.
Un año después Valero nos obsequia con un nuevo volumen de relatos una vez más, si se me permite la broma, «basados en hechos reales». Son tres recreaciones de tres momentos de las vidas de tres poetas tan alejados en tiempo y lugar como San Juan de la Cruz, Friedrich Hölderlin y Fernando Pessoa. Tres momentos reales de su existencia con las suficientes sombras y misterios en torno a ellos como para dejar al narrador un amplio margen para imaginar, suponer y fabular qué pasó realmente, qué llevó a cada uno de ellos a traspasar esa frontera invisible que los llevaría (mediante la muerte, la locura o el desdoblamiento) a abandonar una dimensión de la existencia para entrar en otra realidad que parecía estar esperándoles para dar al fin todo el sentido a sus vidas y obras.
Valero no solo nos habla de tres famosos poetas, hoy día convertidos en clásicos indiscutibles. Nos habla sobre todo de tres hombres, de tres seres frágiles, con sus inquietudes, sus alegrías, sus proyectos, sus dificultades. No es necesario haber leído el Cántico espiritual para sentir cómo cala en los huesos el frío invernal de aquel convento andaluz donde espera la muerte el fraile Juan de Yepes. Sufrimos del mismo modo las heridas en la carne y en el alma del mendigo Friedrich caminando bajo la lluvia desde Burdeos hasta Stuttgart, hayamos transitado o no por las páginas de Hyperion. Resulta indiferente, en fin, conocer los poemas del pastor Alberto Caeiro, del doctor Ricardo Reis o del ingeniero Alvaro de Campos, para maravillarnos ante la mágica materialización de sus obras a través de las manos del oscuro oficinista Fernando Pessoa. Cada uno de los tres relatos tiene la suficiente entidad como para resultar interesante y recomendable por sí mismo, pero el hecho de estar basados en tres experiencias reales les aporta una dimensión nueva, que nos los hace más cercanos y emocionantes.
No recuerdo quién escribió (¿Chesterton, Stevenson, Borges, Arthur Machen?) que lo único que tiene que hacer un buen escritor es contar una historia maravillosa con palabras no menos maravillosas. Vicente Valero, en este breve volumen, lo consigue por partida triple.