La situación catalana ha tocado a la puerta de los crevillentinos. La Iglesia Nuestra Señora de Belén y el Mercado de Abastos amanecían este fin de semana con lazos amarillos, simbología que representa la defensa a la liberación de los dirigentes catalanes independentistas .

Estos pensamientos han cruzado el umbral de Cataluña y de los espacios privados para colocarse en dos de los puntos más reconocidos de Crevillent, aunque no duraron más que unas horas en la vía pública. En el caso de la iglesia, los emblemas (unos veinte lazos) aparecieron amarrados en la verja frontal del templo sagrado, punto desde donde parten las principales celebraciones litúrgicas del municipio en fechas como Semana Santa.

En cuanto al Mercado de Abastos, los vecinos dieron con varios lazos atados en la valla del exterior en la segunda planta de esta zona comercial. Este además se trata de uno de los centros neurálgicos para las compras, sobre todo los sábados por la mañana cuando fueron encontrados, en uno de los días de más actividad. La reacción de los vecinos fue retirar al instante los emblemas de ambos lugares, y a primera hora de la mañana ya habían desaparecido de estos espacios públicos, por lo tanto no duraron ni medio día expuestos a la ciudadanía, ya que se colgaron esa misma madrugada, y por el margen de horas en el que se encontraron todo apunta a que fueron las mismas personas quienes los colocaron, según las pesquisas del Ayuntamiento.

Desde el PP condenan la aparición de estos emblemas en el municipio. Según el alcalde y presidente local de los populares, César Asencio, el suceso va más allá de poner unos lazos amarillos, porque asegura que hay personas y fuerzas políticas en el municipio que «alentan una política catalanista, de apoyo a la autodeterminación y a la independencia, no sólo de Cataluña, sino que ideológicamente es el objetivo político que tienen para la Comunidad Valenciana».

Crevillent ha sido de los pocos municipios de la provincia donde se ha producido este hecho, y algunos órganos ya han expresado su oposición, como el caso del defensor del pueblo catalán, que ayer en una declaración institucional pedía directamente al president de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, que se respetase el «principio de neutralidad ideológica» en edificios en la vía pública, recordando que la libertad de expresión en espacios públicos tiene sus límites en aras de no deteriorar la convivencia ciudadana.