Crevillent ha vuelto a repetir el certamen de cortometrajes tras una buena acogida en 2020 cuando el municipio estrenaba este altavoz para productores o guionistas emergentes. Por segundo año consecutivo la cultura del corto ha vuelto a tener tirón en el municipio alfombrero y han sido 195 los trabajos que se han presentado de toda la Comunidad Valenciana, en esta convocatoria organizada por el Ayuntamiento.
En estos días se han proyectado los 11 finalistas y también se han entregado los premios a las diferentes categorías. El director Ángel Caparrós se ha alzado esta vez con el principal galardón del certamen Vila de Crevillent por su cortometraje «Tomasico, la luna y mi abuela». El premio de la categoría local fue para «Talaso», dirigido por Sofía López y Sara Peña, una categoría que fue acompañada de una distinción para el cortometraje «Abre los ojos» de Cecilia Latorre. Por otro lado, «Orquesta Los Bengalas» recibió el premio del público como resultado de la votación telemática en directo. Por último, la asociación de Creadores de la localidad quiso reconocer en la gala del pasado fin de semana «Rutina: la prohibición», de Sam Orts.
En cuanto a la gala, estuvo presentada por la actriz Ana Hurtado y amenizada por el pianista Carlos Mansa, que transportó al público a los inicios del cine con acompañamiento a piano de piezas icónicas del cine mudo. Sirvió como broche a una serie de actos que han arropado esta segunda edición, como el concierto de la Orquesta Sinfónica de Villena o el especial Cinefórum, la proyección de los cortometrajes locales y la exposición de los orígenes del cine que se podrá volver a visitar durante los primeros días de septiembre.
