La Vila Joiosa está echando el resto por convertirse en referente del turismo cultural accesible e inclusivo en la provincia organizando -cada vez con más frecuencia- visitas para personas que padecen algún tipo de discapacidad. Ayer fue el turno de un grupo formado por ciegos y personas con daños en la vista. Gracias a elementos sonoros, olfativos y táctiles disfrutaron igual que sus acompañantes -sin discapacidades- de una ruta que recreó la vida de La Vila en el medievo.

El recorrido, organizada por la empresa Thalia Guies, Vilamuseo y la parroquia de la Asunción, partió de la plaza de la Generalitat hasta la iglesia fortaleza del casco antiguo, donde los participantes viajaron en el tiempo gracias al oido. El sonido de viejas campanas les hizo sentir la alarma ante una invasión pirata, la llegada de la peste o el informe del fallecimiento de un vecino.

A la salida, metidos de lleno en el ambiente de la Edad Media, dejaron que el tacto les mostrara la diferencia de las construcciones de la época. Palpando las piedras de mampostería y el fino enlucido de las antiguas casas se convirtieron en albañiles diferenciándolo de los sillares rectos y gruesos de las casas señoriales. Pero el tacto les enseñó algo más. Con una hoja de morera descubrieron la tasa de la seda impuesta para reconstruir la muralla que protegía a la población de las incursiones sarracenas.

Después, el olfato hizo de guía sobre cómo era la economía de La Vila cuando fue repoblada tras la reconquista. La época en la que los ingresos y el alimento llegaban de la pesca y del campo les entró por la nariz, que también les presentó el fruto utilizado por los piratas para pesar las perlas y piedras preciosas: el algarrobo.

La ruta acabó de la forma más dulce, aprovechando el gusto del chocolate en una de las tres fábricas de la localidad.

Para participar en estas visitas adaptadas hay que contactar con la guía o con Vilamuseu. Las rutas totalmente accesibles para personas con limitaciones de movilidad se hacen a la Torre funeraria romana de Sant Josep (s. II), y la denominada «Asómate al más allá». En cuanto a La Vila amurallada, como ciudad de trazado medieval, la participación de usuarios de sillas es practicable solo con ayuda por las pendientes.